GEMMA RAY

IT'S SHAME GEMMA RAY (2010)

Una vez más no he podido resistir la tentación de postear una novedad, y es que la ocasión lo requiere porque mi buen colega Tremendo Lucious Folk's, por enésima vez me ha facilitado la adquisición de un disco enorme que me tiene enganchado desde hace poco más de una semana. Aunque ya conocía a esta muchacha desde hace relativo tiempo por su colaboración en el último trabajo de Michael J.Sheehy, donde prestaba su hermosa voz, lo cierto es que no había escuchado nada perteneciente a su carrera en solitario y menudo descubrimiento. Con cuatro discos en el mercado, a cuál mejor, esta nativa de Londres (Inglaterra), alcanza la madurez con este maravilloso tratado de country, folk, pop, blues, soul, dark wave y rock, en el que se puede decir que a pesar de reconocer ella misma influencias de formaciones tan distinguidas como Sparks, Ennio Morricone, Lex Baxter o incluso Suicide, suena con una personalidad radiante y un estilo propio que la encumbran como una heroína que a buen seguro llegará a lo más alto si existe la justicia divina en este mundo. Una voz preciosa, una sensibilidad adorable y una calidad impresionante para una colección de dieciséis canciones, versiones en su totalidad, que pasan en un abrir y cerrar de ojos, dejando un gusto exquisito en el paladar auditivo. La valiosa experiencia comienza con la monumental "Put the bolt in the door", original de Gallon Drunk, rasgando la guitarra mientras trasmite mil emociones con la voz, recordando bastante a la genial PJ Harvey, con quién desde mi humilde punto de vista guarda muchas similitudes, la más clásica "I'd rather be your enemy", del maestro folk Lee Hazlewood, en la que de todos modos vuelve a rasgar las cuerdas con una melodía que encajaría en el universo Kristin Hersh, ya sea en solitario o al frente de Throwing Muses, la descomunal relectura del "Ghost in the highway", de The Gun Club, casi un himno que pasa por un filtro tradicional, hecho justificado si tenemos en cuenta que la mítica banda punk californiana fue la máxima inspiración del movimiento gothic-country liderado por Sixteen Horsepower, la complacencia intimista de "S.U.D.", con un estribillo elegante que puede emparentarse con Scout Nibblet, la sensual interpretación del "Touch me i'm sick" de Mudhoney, para llevar un tema clave para entender el grunge hacía su propio terreno, transformándolo por completo con aires tarantinescos, la simpática versión del "Just because", de Loyd Price, con ritmo 50's en una cuña de soul sureño desviado hacia una canción de cuna hipnotizante, la profunda "Swampsnake", ideada por la Alex Harvey Band, en la que se suceden los quiebros instrumentales como fondo, la fabulosa "Everyday", del sensacional Buddy Holly, en la que se aproxima al pop de cubierta edulcorada, en la que tal vez sea la mejor canción del lote, la imponente y arriesgada "Rosemary's baby vs. drunken butterfly", en la cuál se atreve a homenajear a Sonic Youth y el cineasta Roman Polanski en una divina eclosión de sus talentos, para después iniciar una segunda parte dedicada a las mujeres artistas que le han marcado (de hecho el disco se divide en dos partes llamadas 'Boys' y 'Girls'), con "Bei mir bistu schein", una canción tradicional yiddish adaptada al inglés en 1930 por las superestrellas del swing The Andrews Sisters, atreverse con la incomparable Shirley Bassey, voz de muchos de los films de James Bond en los 60's y 70's, de la que coge prestada "Big spender",y una serie de temazos más que siguen la estela de este mentado número de piezas de orferbrería y que para no hacer de este un post kilométrico me limitaré a mencionar sin adjetivos. "Looking the over world" de Memphis Minnie's, "Only to other people" de The Cookies, "I'd rather go blind" de Etta James, "I'm gonna lock my heart" de Billie Holiday y "I've got a crush on you" de Ella Fitzgerald, ahí es nada. Llegados a este punto, si habéis leído el post entero, posiblemente os preguntaréis como pueda defender la innovación y la originalidad de un disco de versiones, pero lo cierto es que así lo pienso, porque Gemma Ray ha conseguido transmitir su estilo con el legado de una serie de grandes bandas y artistas con mucho cariño, respeto y clase, y eso dice mucho a su favor. Incluso me da en la oreja que ha dedicado el título del álbum a The Lemonheads, en vistas de la similitud con el magnifico disco que en su día editaron estos, llamado 'It's a shame about ray'. No dejéis escapar la oportunidad de escucharlo, merece la pena.