THE GUN CLUB

FIRE OF LOVE (1981)

Para esta ocasión especial, ya que dentro de unas horas emprendo un viaje sinónimo del inicio de la segunda parte de mis vacaciones, me he decantado por romper la tónica de novedades y postear un clásico tal vez desconocido, pero imprescindible respecto a mí gusto particular. Esta fabulosa banda de Los Angeles (California), ha influenciado a una gran cantidad de formaciones que me han robado el corazón desde que tengo uso de razón (siento el pareado tontorrón, me ha salido sin querer, os lo aseguro), empezando por Pixies, con los que las similitudes a mi modo de entender los sonidos de ambos, son asombrosas, Sixteen Horsepower, los cuáles reconocían a The Gun Club como máxima referencia (de hecho en su magistral 'Low state', hacen una brutal versión de "Fire spirit"), R.E.M., sobretodo en sus inicios, The White Stripes, que directamente se declaran fans absolutos hasta el punto de haberse podido oír a Jack White preguntando porque no se enseñan estas canciones en las escuelas, Uncle Tupelo, embrión de Wilco, que también solía interpretar algún que otro tema suyo en directo al igual que Mark Lanegan. El hecho de que cite bandas tan distintas entre sí (en el fondo, que no en la forma), dice mucho de la variedad estilística de este cuarteto, que solía definir su música como 'psichobilly blues tribal', una etiqueta sacada de la manga, pero que tenía mucho de cierta, principalmente porque había un poco de eso, aunque mezclado en una coctelera de sabores, entre los que tenían cabida, el punk rock y el country, siendo reconocidos como una de las mayores influencias para lo que hoy se conoce como alt-country y cow-punk. Liderados por un espécimen inclasificable que en aquel tiempo era fundador del club de fans de Blondie en la ciudad de las estrellas, The Gun Club se hicieron un nombre al poco de nacer como grupo, y lideraron una escena junto a X, The Flesh Eaters y The Blasters, que ya forma parte de la historia por su poder de convocatoria y su extravagancia. 'Love of fire', supuso su debut, un trabajo extraordinario del que innumerables bandas y artistas han cogido prestado algún tema para adecuarlo a su imaginario personal (Gemma Ray en su reciente último disco publicado aquí anteayer, sin ir más lejos, adapta "Ghost on a highway"), y aunque no sé si atreverme a destacarlo como el mejor de sus siete trabajos, si como puedo decir que fue el más importante en cuánto a espontaneidad-factor sorpresa. Para deleitarse con una obra sólida e inmortal como esta y comprobar su influencia en el rock en los últimos veinte años, basta con escuchar "Sex beat", con ese ritmo arrebatador que seguro dejó noqueado al gran (en todos los sentidos) Black Francis la primera vez que la escuchó, "Preaching the blues", que empieza agresiva para ir bajando la intensidad en un tono rockabilly que se asemeja al ideario de The Cramps, pero añadiendo un slide y un leve toque desértico que hace entender porque David Eugene Edwards, el hombretón al frente de Woven Hand y los inolvidables Sixteen Horsepower, es un devoto de su discografía, "Promise me", mas slide y un fabuloso violín para alzar la temperatura en terrenos pantanosos en los que uno duda si esta gente no surgió de la América profunda, "She's like a heroin to me", como si pocos años después hubiéramos cogido un disco de Felt para subirle las revoluciones, aunque con ciertos matices, porque también se podría decir que es una inspiración para los discutibles The Horrors o sus conciudadanos No Age en este momento, "Fire spirit" y "Ghost on the highway", mis favoritas del álbum por sus estribillos triunfadores y su melodía abrasiva, que de verdad me hacen imposible elegir entre las dos y que no creo que haya nadie capaz en el mundo que pueda resistirse a ellas, la emblemática "Jack on fire", que vuelve a traer a la memoria como en el anterior corte, y otros muchos, a Pixies, que pienso que les deben mucho, y la radiante "Goodbye Johnny", descaro punk sin limitaciones que con una macabra letra y un tejido de pesadumbre oscura, despide este genial disco. La formación de The Gun Club convocada dentro del estudio para crear esto, estaba compuesta por Jeffrey Le Pierce, Terry Graham, Rob Ritter y Ward Dotson, colaborando con ellos en algunos coros y el violín de "Promise me", Lois Graham, Chris D. y Tito Larriva (estos dos últimos productores del álbum). Espero volver con energías renovadas en poco menos de dos semanas, aunque intentaré entrar esporádicamente para responder algún comentario (si lo hay, jeje). Un abrazo a todos y hasta pronto!