ARROZ NEGRO (2018)
Pues si, diez añazos ya, que manera de envejecer a salud maltrecha, pero recobrando vida recientemente entra este espacio en su cumple y alcanza una década. Dando tumbos, cayendo casi en el olvido, pero ahí sigue, y lo cierto es que lejos de querer prometer que seguirá al pie del cañón, lo que me apetece es disfrutar su presente y por un día dedicarle todo mi aprecio al pobrete, que tiene la desgracia de tener un responsable indigno de tal denominación, pero vaya, que estoy contento de haber llegado a esta mágica cifra y de tener esto como diario personal musicalizado y emocional. Más de mil entradas, rozando el millón y medio de visitas, más de tres mil comentarios y... basta ya, hombre, que manera de sacar pecho tan triste, que ando anclado en el ostracismo y eso es vivir de rentas, amigos. La cosa es que como digo, me viene de gusto celebrar y la manera más sencilla de hacerlo es dedicando unas líneas al disco que más he escuchado este año y por ende mi favorito, y quizá no tenga mucho glamour y lo fácil sería poner uno que se ajuste a las preferencias generales, pero es que quiero ser honesto y además halagar esta maravilla que ha publicado digitalmente el artista toledano Diego Rodríguez a través de Descrito Ediciones. Si, lo sé, he dado bastante la murga con este tío, es amigo mío y bla bla bla, pero es que me toca la fibra con cada trabajo que saca a la luz y esta vez lo ha hecho todavía un poco más que con sus antecesores.
Con 'Arroz negro' y con el resto de su discografía, toca teclas que beben compositivamente de las mismas fuentes sonoras que me han abastecido a mi como simple oyente a lo largo de mi vida, y ante eso es imposible no conectar. Recuerdo mi primera toma de contacto con este hombre y fue por aquí, a raíz de intercambiar comentarios en nuestros blogs, y años después, generada una confianza tuvo el buen gesto de compartirme algo de lo que estaba montando en solitario, ya que si no estoy en un error, días atrás había manifestado en su casa cibernética lo que me había agradado Postmeridians, uno de los diversos proyectos en los que anduvo involucrado en su años mozos. Con discreción y sin pretensión alguna, me pasó unas cuantas canciones en una carpeta comprimida y me animó a escucharlas para ver que me parecían, y debo confesar que no tenía idea de que me iba a encontrar aunque las acogí con buena predisposición porque otras veces me había pasado con visitantes de esta página mía como Uma Totoro (a los que por cierto, salvo sorpresa, dedicaré la próxima reseña), Un Día Perfecto Para el Pez Banana o EVeden, pero la cosa es que superó todas mis expectativas. Aquellas pistas eran exquisitas, con un discurso personal, unas letras bien elaboradas, con sentido del humor y muy directas, sin grandes alardes, tirando del yo me lo guiso yo me lo como, geniales sin excepción, y claro, no pude más que dedicarles una entrada ipso facto en cuanto las subió pulidas a bandcamp. Lo que fue sacando después me siguió encantando y varios de esos lanzamientos los fui posteando por aquí, pero hoy toca centrarse y defender su obra más reciente.
Para esta ocasión el músico anteriormente conocido como Lahey hasta que un mentecato escribió mal su nombre a causa de su dislexia anglo-alpargatera, se tomó su tiempo para dar forma a una colección de piezas cuidadas al detalle que están cubiertas por un manto de nostalgia noventera, aunque sin llegar al exceso e inmersas en la búsqueda de su propia voz. Doce cortes que unidos forman un conjunto excepcional pero que relucen cada uno a su forma en individual, lo cuál da un crédito aún mayor a la que es su décima referencia. Elegir cual de sus creaciones es mi predilecta es como poner en la encrucijada a un padre de familia numerosa pidiéndole que elija favorito entre sus vástagos, pero aquí todo luce más compacto, comenzando por la instrumental "Mejor que en brazos", donde los instrumentos viven en armonía, con un bajo pronunciado, y una guitarra de melodía preciosista al amparo de un compás de batería impetuoso, dando paso a "Chiclana", con esa acústica y esa manera de cantar más convincente que nunca, y es que esa característica voz que tiene ansiaba que se le sacara más partido, aunque a decir verdad hasta entonces había brillado como un componente triunfal a su manera igualmente, "Trae la tarta (que voy a estamparla contra la pared)", una estupenda pieza con cambios de ritmo, reposada pero con su dosis de nervio bien entendido y una letra excelente, aunque debo decir que me irrita un poco escuchar este tema debido a que su estribillo me recuerda una barbaridad a algo que tengo por el disco duro o el ordenador, pero por más que la oigo no caigo, y no sabéis el quebradero que me da eso, pero vaya, cosas mías, la cosa evoluciona al alza con "Un fado al azar", con alma más de nana que de folclore portugués, sacando a referentes viejunos como 'Narciso's show', que te hacen esbozar una sonrisa cómplice, "Sangre de horchata", una semi-instrumental enorme, de mis preferidas de toda su discografía, en algún lugar entre Kc Accidental y Ratatar, una poderosa exquisitez, preámbulo idílico para la homónima y estelar "Arroz negro", una oda a la lucha interior (o al menos así la veo yo) que me emocionó hasta el nudo en la garganta la primera vez que la oí, y que me acompaña muy a menudo en momentos donde necesito canturrear, bueno, yo que sé, me fascina esta rola oigan, por su belleza lánguida, por la voz de Ángeles Vargas, que colabora aquí y que madre mía, que bien lo hace, como se adapta al tono, o tal vez por como se digiere, o bien mirado por ser realmente perfecta, eso es! por ser una canción redonda, "Seis cosas", con unos coros y un ritmo adorable, breve pero tan natural que desprende aroma a lujo, "Nadie sufre", tristona pero con un leve destello humorístico que se agradece, y es que la ironía es la mejor compañera y un final apoteósico del que no quiero hacer spoiler, pero que encaja de forma idónea con "Sindrome de Lou", sin voces, pero con extractos de una entrevista a Lou Reed que no tiene desperdicio y que casa a las mil maravillas con esa sonoridad que le acerca a los Yo La Tengo más nocturnos, "Yuncoslavija", la más eléctrica del lote, imponente, elegante, aguerrida, una furiosa proclamación sarcástica en la que unas trompetas locas ponen un toque ecléctico tan extraño como efectivo, "Croacia", la enésima delicia, tierna, melancólica, una de sus mejores composiciones hasta la fecha, y "Ostracisma", broche de oro con la presencia de nuevo de la genial cantante jalisqueña recién 'llegada' de hacer coros en la anterior y que aquí envuelve con su registro vocal unas polifonías de categoría.
El verdadero Diego de la gente, compuso, grabó, produjo y mezcló este fabuloso 'Arroz negro', cuya imagen de cubierta también lleva su firma a pachas con Alfredo Copeiro. Al final de estas líneas dejo la bandcamp de Descrito Ediciones para acceder a la escucha y adquisición de este trabajo por un módico precio, y enlazo la suya propia para picotear en sus anteriores movimientos, amén de compartir las chapas que dediqué a "Skull & Comb", "Vamtcaänp" y "Vojvodina". Y nada más, por mi parte decir que sigue siendo un placer compartir mis gustos musicales por aquí aunque sea de ciento a viento. Ojalá pueda retomarlo a menudo.
https://descritoedicionesmusic.bandcamp.com/album/arroz-negro
https://soylahey.bandcamp.com/
miércoles, 9 de enero de 2019
lunes, 31 de diciembre de 2018
CINCUENTA DISCOS INTERNACIONALES 2018
Último arreón, ahora si que si, ya no hay de otra, toca cerrar el círculo y hacer inventario de lo que tengo en el disco duro y poner en lista lo que más me ha gustado de lo que ha ido saliendo en estos últimos doce meses que hoy tocan a su fin. Como siempre apuro hasta el final, pero es que de esa manera recopilo bien todo lo que puedo y hago una lista razonablemente meditada, aunque luego voy curioseando las listas de mis blogs amigos y paso el siguiente año ocupado en lo que veo allí y me perdí, bendito problema. En fin, la cosa es que voy a tener una despedida de año casera y comedida pero tampoco es cosa de alargarse escribiendo, que en nada y menos me va a tocar montar la mesa y ayudar en la cocina, así que si más dilación hago un breve repaso a lo que he ido escuchando.
Empezando por los discos que han salido y oído sin que haya conseguido conectar con su contenido, quiero mencionar los trabajos más recientes de Artic Monkeys, A Perfect Circle, Belle & Sebastian, M Ward, Crippled Black Phoenix, Yo La Tengo y The Jayhawks, entre los consagrados, Current Joys, Typhoon, The Sidekicks y Family Of The Year, entre los que esperaba como agua de mayo pero que me han dejado frío en comparación con sus anteriores lanzamientos, y a Mgmt, Kurt Vile, Courtney Barnett y John Hopkins, entre los que han sido elevados a los altares por la crítico y a mi ni fu ni fa, pero como todo, es cosa de que me deje de plamplinas y les dé cuartel, que luego seguro son grandes álbumes y yo cambio más de opinión con la música que Dwight Howard de camiseta. De lo que he puesto finalmente en liza, resumen corto (si es que lo logro)... año de bandas con chica al frente en lo que respecta a mis preferencias, un poco de variedad estilística que va de la contundencia al reposo, algunos clásicos, proyectos en solitario, bandas noveles que irrumpen con fuerza, y dos que he machacado a conciencia en la recta final por sugerencia de mis apreciados Rosa y Manu, que me dieron a conocer hace poco a Fire! y The Beths, respectivamente, y me han cautivado tanto que no he podido dejarlos fuera.
Formaciones y solistas de Japón, Canadá, Inglaterra, Estados Unidos, Nueva Zelanda, México, Australia, Francia, Chile, Escocia, Portugal y Corea del Sur... abreviando, creo que la cosa me ha quedado lozana y estas humildes recomendaciones os pueden agradar. Lo cierto es que había pensado en hacer como ayer y comentar muy escuetamente cada obra, pero me parece mejor dejar una playlist y que así podáis escuchar lo que no tengáis controlado (si es que hay algo) y con ello familiarizaros por vuestra cuenta con el discurso de estos grupos. Madre mía, que atropellado todo, pero bueno ya, que paséis muy buena Nochevieja, que comáis poco para conservar la línea, y que bebáis mucho para que se desate el jolgorio y la vergüenza quede reprimida. Bueno no, lo de comer no hagáis caso, que lo que se sirve en este día está todo muy rico.
A BEACON SCHOOL Cola
BEACH HOUSE 7
BILL RIDER-JONES Yawn
BOYO Me again
CALEXICO The Threads That Keeps Us
CAR SEAT HEADREST Twin Fantasy
CLOUD NOTHINGS Last Building Burning
CREPES In Cahoots
EUREKA CALIFORNIA Roadrunners
FIRE! The Hands
FLASHER Constant Image
FORTH WANDERERS Forth Wanderers
FRONTPERSON Frontrunner
GRAND BLANC Image Au Mur
HARU NEMURI Harutosyura
HOP ALONG Bark Your Head Off, Dog
HOT SNAKES Jericho Sirens
IDLES Joy As An Act Of Resistance
ILUMINATI HOTTIES Kiss Yr Frenemies
J MASCIS Elastic Days
JJUUJJUU Zionic Mud
KHRUANGBIN Con Todo el Mundo
KISSISSIPPI Sunset Blush
LA LUZ Floating Features
LONKER SEE One Eye Sees Red
LOW Double Negative
MASTERSYSTEM Dance Music
MINT FIELD Pasar de las Luces
MOONATIC Another Sky
NAP EYES I'm Bad Now
OVLOV Tru
PAPERCUTS Parallel Universe Blues
PARQUET COURTS Wide Awake!
PAUS Madeira
PHOSPHORESCENT C'est la Vie
RILEY WALKER Deafman Glance
SAINTSENECA Pillar Of Na
SAY SUE ME Where We Were Together
SNAIL MAIL Lush
SOCCER MOMMY Clean
SOLEDAD VÉLEZ Nuevas Épocas
STEPHEN MALKMUS & THE JICKS Sparkle Hard
STRAND OF OAKS Harder Love
SUPERCHUNK What a Time To Be Alive
THE BETHS Future Me Hates Me
THE BREEDERS All Nerve
THE DECEMBERISTS I'll Be Your Girl
THE DODOS Certainty Waves
THE GOON SAX We're Not Talking
TOKYO POLICE CLUB TPC
https://www.youtube.com/playlist?list=PLhuv5LuNp0Tit9wTavZNJcT6XdlMo0HMQ
domingo, 30 de diciembre de 2018
VEINTE GRANDES DISCOS NACIONALES DEL 2018
Llega el repaso a lo que más me apetece recomendar del año en estos dos últimos días del 2018 y como suelo hacer siempre, comienzo por los discos nacionales a la espera de postear mañana los internacionales y dar cierre a una cosecha que ha sido prolífica, variada y rica en buenos discos de bandas veteranas, consolidadas y noveles. Como viene siendo habitual en el devenir de este blog, la lista se compone de veinte álbumes de otras tantas bandas del país y no guardan un orden concreto, ya que luego se sumerge uno en otras opiniones, topa con discos fabulosos que se le pasaron, y sabe mal comprobar que pasados los meses tal vez haya demasiados nombres a los que echar en falta, aunque a decir verdad en el apartado de trabajos estatales, tengo muy claro cuál ha sido mi favorito incontestable y no me importa expresarlo sin tapujos por una vez, tal como tengo decidido hacer en estas mismas líneas y en una publicación venidera dedicada en exclusiva a esa obra.
Haciendo un breve análisis de los motivos por los que he seleccionado estos y no otros, pues debo confesar que he estado un poco más desconectado que otros años a lo que se ha cocido por estos lares e incluso puede que un poco reacio porque mucho de lo que llegó a mis oídos no me motivó mucho o bien porque me sonaba muy similar entre si o porque no le eché suficientes horas a las escuchas como para acogerlo con agrado. Dentro de lo razonable creo que me ha quedado medianamente diversa y algunos podrían haber entrada en un hipotético surtido de lo mejor del curso si no fuera porque soy un tarao maniático y siempre divido, pero vaya...
Por comentar un poco lo que pienso de lo que ha dado de si la cosa, creo que Basanta han publicado un álbum muy atrevido y han dado con la tecla para combinar estilos sin hacer que la escucha se haga cuesta arriba, Sr. Chinarro ha bajado un poco el listón tras el formidable 'El progreso', pero continúa en la brecha con canciones de a tiro hecho, La Estrella de David, con el ex-lider de Beef controlando todo a su antojo, han salido bien parados con ese ejercicio de inmediatez enrevesada, Rufus T. Firefly sigue creciendo a cada paso que da y este 'Loto' ha sido su confirmación definitiva, Disco Las Palmeras! han girado el timón en otra dirección y la apuesta ha sido triunfal, aunque por ahora sigo prefiriendo su debut, Fee Reega y sus Captains, han ido más allá del mero desahogo, Chichcarrón han redondeado la jugada, Borja Laudo por medio de su alter-ego Bigott vuelve a dejar claro que se puede entrar al estudio cada pocos meses y no perder un ápice de frescura, Holy Bouncer se aproximan a la luz y progresan sin cesar, Coherence encuentran un sonido musculoso bien entendido que les pone a luchar codo con codo con los artistas más reputados de la paleta de géneros por los que navegan, Bufalo y Toundra, se sitúan en los dos lados de la balanza instrumental entre promesa y realidad, aunque lo de los segundos es harina de otro costal porque han tocado techo con un sexto trabajo abrumador, Mourn vuelven a confirmar su valía, The New Raemon brilla de nuevo, Perro siguen siendo un vendaval, la vuelta de Fino Oyonarte, Christina Rosenvinge y Fernando Alfaro sabe a gloria, Mohama Saz reinventan la psicodelia dándole un tinte mediterráneo, y el toledano La Hey se saa de la chistera una colección de canciones que no puedo dejar de escuchar y por ello, tal como decía al inicio de este ladrillo, hago excepción y lo bautizo a modo personal como disco del año.
Y nada, este es mi pobre repaso de bloguero bloqueado, que me noto desfasado a más no poder y poco convencido de lo que escribo, pero bueno, ya iré cogiendo forma con el paso de los días. Mañana más con lo que ha dado la música fuera de nuestras fronteras. Hasta entonces os dejo los destacados para un servidor y los enlaces a las de los años 2015, 2014, 2013, 2012, 2011, 2010 y 2009, más una playlist abajo del todo con un tema de cada grupo (esto último lo haré un poco más tarde, que tengo la espalda echa carbón)
BASANTA Colorama
BIGOTT Candy Valley
BUFALO Ulu
CAPTAINS Pure Pleasures
CHICHARRÓN Cancions Clínicas
CHRISTINA ROSENVINGE Un Hombre Rubio
COHERENCE Estímuls Nocius
DISCO LAS PALMERAS! Cálida
FERNANDO ALFARO Sangre en los Surcos
FINO OYONARTE Sueños y Tormentas
HOLY BOUNCER Holy Bouncer
LA ESTRELLA DE DAVID Consagración
LA HEY Arroz Negro
MOHAMA SAZ Viva el Rey
MOURN Sorpresa Família
PERRO Trópico Lumpen
RUFUS T. FIREFLY Loto
SR. CHINARRO Asunción
THE NEW RAEMON Un Posible Final
TOUNDRA Vortex
https://www.youtube.com/playlist?list=PLhuv5LuNp0Tj6EBMyU4Ii4h40f2q_m3oI
martes, 25 de diciembre de 2018
SUFJAN STEVENS
CHRISTMAS UNICORN: SONGS FOR CHRISTMAS VOL. X (2010)
Pretendía completar un año sabático como hacen los entrenadores de fútbol más prestigiosos cuando ven las orejas al lobo antes de afrontar una temporada nueva viendo que los pesos pesados del vestuario ya no comulgan con su filosofía y como los grandes clubs no se fían de que encaje su método, pero no he podido resistir la tentación de seguir con una vieja tradición y adelantar un poco el regreso a la vida de este convaleciente blog mío y de ustedes. Finalizar la serie de los álbumes navideños de Sufjan Stevens se me antoja necesario, ya que inicié la cosa en la primera Nochebuena que celebró esta bitácora y sería feo no dar carpetazo al tema quedando solo uno por reseñar, y con esa sana intención que no daña a nadie, me he sentado un ratito al despertar para llevar a cabo la premisa. Me noto oxidado, aunque sigo soltando mis buenas chapas en mi Facebook personal y en el podcast que regentamos mi buen colega Tori y yo (aunque allí la cosa es oral y no escrita, obviamente), por lo que voy a tratar de no alargarme tanto como lo hacía en el momento álgido, si es que existió, de este espacio, porque además lo que interesa es destacar la labor de el autor de discos tan venerados por crítica y público como 'Illinois', 'Carrie & Lowell' o 'Seven swans', entre otros.
Pienso que es una gran coartada para romper el hielo de la desidia y a partir de aquí pasar echar unas líneas más a menudo para conservar las costumbres y enlazar esta con la de publicar la lista de trabajos nacionales e internacionales de este curso que me gustaría recomendar en las dos últimas fechas del año, y también la efeméride del nacimiento de Music Is My Girlfriend', como llevo haciendo desde el 2009, que este 8 de Enero caen 10 años de recorrido y me hace ilusión llegar a la cifra con algo especial, aunque tal vez nadie se entere de que he resucitado el tema o quién lo haga pase olímpicamente de visitar los posts, como es lógico a estas alturas de la película de desenlace torpe que he ido construyendo.
En fin, que no sé que leches estoy diciendo... vaya que si estoy desentrenado! bien... Mr. Stevens, ese genio de la fría ciudad de Detroit (Michigan), que cuenta ya con la friolera de treinta álbumes entre Lp's, Ep's, Rarezas, Caras B,'s, Mixtapes y bandas sonoras, lo cuál da fe a su reputación, puesto que siendo uno de los nombres más importantes del panorama independiente y tener tan solo 43 años, no para de evolucionar y crear preciosas canciones sin cesar en su empeño de compartir su universo con sus seguidores.
Dentro de la saga 'Silver & Gold', que recopila cinco extended play de villancicos tanto tradicionales como de cosecha propia, hoy toca analizar y disfrutar el quinto y último de ellos, 'Christmas unicorn', que raya a la misma altura que sus predecesores y ofrece la enésima vuelta de tuerca a esa lectura personal de las composiciones más ilustres del cancionero popular americano. Así pues la obra se inicia con la archiconocida "Have yourself a merry little Christmas", que en su día escribieron y musicalizaron Hugh Martin y Ralph Blane", y que han versioneado con el paso del tiempo celebridades como Frank Sinatra o Judy Garland, y que en pulso y voz de Sufjan se da un garbeo por el electrónica psicodélica, para continuar con "It came upon a midnight clear", una breve tonada instrumental firmada a mediados del siglo XVIII por Edmund Sears, pastor de la iglesia unitariana de Wayland, Massachusetts, aunque en realidad se concibió como un poema y le puso sonoridad un tal Richard Storrs Willis, "Up on the housetop", que con un ritmo moderno, ajeno a los parámetros del contenido general del disco, cuenta con la colaboración de la novelista e ilustradora Vesper Stamper, que se lanza a cantar unas estrofas medio rapeadas, "Angels we have heard on high", otro caprichito instrumental de menos de un minuto donde los flautines llevan el peso, "We need a little Christmas", tema principal de la función teatral 'Mame', que se estrenó en Broadway en 1966, y supuso el debut de la actriz británica Angela Lansbury (si, la Jessica Fletcher de 'Se ha escrito un crimen') en el género musical, "Happy karma Christmas", primera de las tres originales de nuestro protagonista, en la que se ve claramente hacía donde iba a orientar su estilo más adelante, ya que mucho de lo que luego nos sorprendió en su "The age of adz", aparece ensayado en esta pista, "Justice delivers its death", que parece un esbozo de esa maravilla titulada "Mystery of love", que recientemente creó para formar parte de la banda sonora de 'Call me by your name', con ese piano de melancólica presencia y esas estrofas preciosas cantadas con su magnífica voz, y la homónima "Christmas unicorn", que se va hasta los doce minutos y pico, pero en la que no sobra ni un solo segundo, y que incluye un guiño al "Love will tear us apart" de Joy Division, que va más allá de la mera anécdota.
Un broche de oro a una colección tan emotiva como convincente en la que estuvieron presentes Aaron y Bryce Dessner de sus amigos de The National), C.J. Camarieri (que también aportó su granito de arena en trabajos de Fatboy Slim, Beck y Dirty Projectors), Sayard Egan (vocalista de apoyo de Phosphorescent y Ramona Falls), Sonya Hofer, Gabriel Kahane (cantautor a tener en cuenta), Clara Klaus, Nathan Lightgow (quién toca el bajo en Inlets), Olivier Manchon, Cat Martino, James McAllister, Richard Reed Parry (uno de los fundadores de Arcade Fire y Bell Orchestre), Raymond Raposa (cerebro de Castanets), Sebastian Krueger, Elin, Ida y Lily Smith (a quienes podemos encontrar en Danielson), Alex Sopp, Rosie Thomas (con una intachable trayectoria como solista, también), Brian Wolfe (batería de My Brightest Diamond) y Marla Hansen (violinista de Jens Lekman que cuenta además con una recomendable discografía en solitario).
Si os quedáis con ganas de más, podéis revisitar viejas entradas relacionadas con esta, concretamente las dedicadas a 'Noel', 'Hark!', 'Ding! Dong!', 'Joy', 'Peace', 'Gloria', 'I am Santa helper' y 'Astral inter planet space captain Christmas infinity voyage'. y nada más muchachada, a pasar buena noche y buenas fiesta en general.
https://www.youtube.com/playlist?list=PLhuv5LuNp0ThbFJoEx6ww7XtVJZaNRbW-
Pretendía completar un año sabático como hacen los entrenadores de fútbol más prestigiosos cuando ven las orejas al lobo antes de afrontar una temporada nueva viendo que los pesos pesados del vestuario ya no comulgan con su filosofía y como los grandes clubs no se fían de que encaje su método, pero no he podido resistir la tentación de seguir con una vieja tradición y adelantar un poco el regreso a la vida de este convaleciente blog mío y de ustedes. Finalizar la serie de los álbumes navideños de Sufjan Stevens se me antoja necesario, ya que inicié la cosa en la primera Nochebuena que celebró esta bitácora y sería feo no dar carpetazo al tema quedando solo uno por reseñar, y con esa sana intención que no daña a nadie, me he sentado un ratito al despertar para llevar a cabo la premisa. Me noto oxidado, aunque sigo soltando mis buenas chapas en mi Facebook personal y en el podcast que regentamos mi buen colega Tori y yo (aunque allí la cosa es oral y no escrita, obviamente), por lo que voy a tratar de no alargarme tanto como lo hacía en el momento álgido, si es que existió, de este espacio, porque además lo que interesa es destacar la labor de el autor de discos tan venerados por crítica y público como 'Illinois', 'Carrie & Lowell' o 'Seven swans', entre otros.
Pienso que es una gran coartada para romper el hielo de la desidia y a partir de aquí pasar echar unas líneas más a menudo para conservar las costumbres y enlazar esta con la de publicar la lista de trabajos nacionales e internacionales de este curso que me gustaría recomendar en las dos últimas fechas del año, y también la efeméride del nacimiento de Music Is My Girlfriend', como llevo haciendo desde el 2009, que este 8 de Enero caen 10 años de recorrido y me hace ilusión llegar a la cifra con algo especial, aunque tal vez nadie se entere de que he resucitado el tema o quién lo haga pase olímpicamente de visitar los posts, como es lógico a estas alturas de la película de desenlace torpe que he ido construyendo.
En fin, que no sé que leches estoy diciendo... vaya que si estoy desentrenado! bien... Mr. Stevens, ese genio de la fría ciudad de Detroit (Michigan), que cuenta ya con la friolera de treinta álbumes entre Lp's, Ep's, Rarezas, Caras B,'s, Mixtapes y bandas sonoras, lo cuál da fe a su reputación, puesto que siendo uno de los nombres más importantes del panorama independiente y tener tan solo 43 años, no para de evolucionar y crear preciosas canciones sin cesar en su empeño de compartir su universo con sus seguidores.
Dentro de la saga 'Silver & Gold', que recopila cinco extended play de villancicos tanto tradicionales como de cosecha propia, hoy toca analizar y disfrutar el quinto y último de ellos, 'Christmas unicorn', que raya a la misma altura que sus predecesores y ofrece la enésima vuelta de tuerca a esa lectura personal de las composiciones más ilustres del cancionero popular americano. Así pues la obra se inicia con la archiconocida "Have yourself a merry little Christmas", que en su día escribieron y musicalizaron Hugh Martin y Ralph Blane", y que han versioneado con el paso del tiempo celebridades como Frank Sinatra o Judy Garland, y que en pulso y voz de Sufjan se da un garbeo por el electrónica psicodélica, para continuar con "It came upon a midnight clear", una breve tonada instrumental firmada a mediados del siglo XVIII por Edmund Sears, pastor de la iglesia unitariana de Wayland, Massachusetts, aunque en realidad se concibió como un poema y le puso sonoridad un tal Richard Storrs Willis, "Up on the housetop", que con un ritmo moderno, ajeno a los parámetros del contenido general del disco, cuenta con la colaboración de la novelista e ilustradora Vesper Stamper, que se lanza a cantar unas estrofas medio rapeadas, "Angels we have heard on high", otro caprichito instrumental de menos de un minuto donde los flautines llevan el peso, "We need a little Christmas", tema principal de la función teatral 'Mame', que se estrenó en Broadway en 1966, y supuso el debut de la actriz británica Angela Lansbury (si, la Jessica Fletcher de 'Se ha escrito un crimen') en el género musical, "Happy karma Christmas", primera de las tres originales de nuestro protagonista, en la que se ve claramente hacía donde iba a orientar su estilo más adelante, ya que mucho de lo que luego nos sorprendió en su "The age of adz", aparece ensayado en esta pista, "Justice delivers its death", que parece un esbozo de esa maravilla titulada "Mystery of love", que recientemente creó para formar parte de la banda sonora de 'Call me by your name', con ese piano de melancólica presencia y esas estrofas preciosas cantadas con su magnífica voz, y la homónima "Christmas unicorn", que se va hasta los doce minutos y pico, pero en la que no sobra ni un solo segundo, y que incluye un guiño al "Love will tear us apart" de Joy Division, que va más allá de la mera anécdota.
Un broche de oro a una colección tan emotiva como convincente en la que estuvieron presentes Aaron y Bryce Dessner de sus amigos de The National), C.J. Camarieri (que también aportó su granito de arena en trabajos de Fatboy Slim, Beck y Dirty Projectors), Sayard Egan (vocalista de apoyo de Phosphorescent y Ramona Falls), Sonya Hofer, Gabriel Kahane (cantautor a tener en cuenta), Clara Klaus, Nathan Lightgow (quién toca el bajo en Inlets), Olivier Manchon, Cat Martino, James McAllister, Richard Reed Parry (uno de los fundadores de Arcade Fire y Bell Orchestre), Raymond Raposa (cerebro de Castanets), Sebastian Krueger, Elin, Ida y Lily Smith (a quienes podemos encontrar en Danielson), Alex Sopp, Rosie Thomas (con una intachable trayectoria como solista, también), Brian Wolfe (batería de My Brightest Diamond) y Marla Hansen (violinista de Jens Lekman que cuenta además con una recomendable discografía en solitario).
Si os quedáis con ganas de más, podéis revisitar viejas entradas relacionadas con esta, concretamente las dedicadas a 'Noel', 'Hark!', 'Ding! Dong!', 'Joy', 'Peace', 'Gloria', 'I am Santa helper' y 'Astral inter planet space captain Christmas infinity voyage'. y nada más muchachada, a pasar buena noche y buenas fiesta en general.
miércoles, 17 de enero de 2018
417.3
34 (2016)
Siento debilidad por las bandas que practican estilos musicales poco explorados en su país de origen, como también por las que utilizan un nombre de esos que cualquier jerifalte de multinacional discográfica querría hacerles cambiar por falta de gancho comercial, y por alguna extraña razón adoro a las que ponen la imagen de un edificio en su portada. Pues bien, hoy voy a escribir sobre un cuarteto que me complace en todos esos sentidos y además me fascina por su sonoridad. Desde Rostov-On-Don (Rusia), con la peculiaridad de llamarse 417.3 y hacer un post-rock depurado y elegante, ligeramente superior (a mi parecer) al que llevan a cabo las otras formaciones de allí que tratan de abrirse hueco en el panorama internacional, estos tipos me ganaron por completo con '34', su segundo álbum editado hace un par de años, y que en su día me dio a conocer mi buen colega Silencekid. Inmediatamente se convirtieron en una compañía habitual para mis ratos de evasión y eso me hizo interesar por sus compatriotas coetáneos, pero me anclé en lo que ofrecen estos zagales porque raya a un nivel excelente y sin hacerle ascos a la experimentación y la reinvención de sus propias maniobras, son accesibles a cualquiera que goce con la música instrumental en su definición más apegada al rock.
Me llamaron la atención los datos que daba de ellos mi colega manchego y todo lo que he nombrado en las primeras líneas de este post, pero cuando reproducí las canciones en su bandcamp aquello pasó a un segundo plano, porque musicalmente me dejó gratamente sorprendido. No les encontré defectos en la comparación con los mastodontes del género tipo Mogwai, Explosions In The Sky, God Is An Astronaut, Caspian, Russian Circles o nuestros Toundra, aunque su propuesta está más próxima a los ucranianos The Best Pessimist o los mexicanos The Polar Dream. Tienen tres trabajos separados por una barrera de inactividad discográfica de cuatro años y por ello se percibe una evolución considerable entre aquellos primerizos '_(-_-)_' y '2', y este compacto '34', en el que aparcaron los instrumentos de cuerda (violín, violonchelo y contrabajo) que le daban un enfoque cercano a Godspeed You! Black Emperor. En este disco lograron madurar su concepto e imponer la coherencia en sus desarrollos instrumentales incorporando a la ecuación unos ligeros ademanes electrónicos, que le dan lustre a unas piezas largas que en todos los casos superan los ocho minutos de duración.
Rompiendo un silencio largo que vino provocado por el hecho de que varios de sus miembros se centraron en un proyecto paralelo formado a medias con gente de la banda grindcore Retina, llamado Henry Teil, en el que sus músicos se van de un extremo al otro porque exploran los entresijos del ambient de mil y un cachivaches, 417.3 se encerraron en un estudio de East Palo Alto (California), para grabar su mayor faena hasta la fecha y contrataron para la producción al propietario del mismo, que era nada más y nada menos que el clarividente Jack Shirley, aclamado por su trabajo en dicha tarea para los black metaleros Deafhaven, y guitarrista en sus ratos libres de los hardcoretas Comadre. Un acierto total puesto que supo dotar de músculo y tecnicismo las cinco pistas que contiene el álbum.
Lo primero que resalta al echar un ojo a los temas antes de escucharlos, es que los títulos son simples cifras, cuyo significado desconozco pero seguro tienen algún sentido para ellos. Tanto en su ópera prima como en su segundo asalto, hicieron lo mismo, aunque un par de cortes de cada uno fueron bautizados con símbolos. En el que nos ocupa, dos de triple dígito y tres de doble, comenzando por "15", un inicio directo y a pecho descubierto que muestra un crecimiento que cuaja a la perfección con sus intención de sonar tan poderosos como condescendiente con los oyentes que necesiten aire en medio de la bruma, un carrusel de emociones excitantes que se disfruta tanto en el fragor como en el sosiego, "92", amansada en su arranque, cogiendo fuerza a medida que avanza con un golpeteo de las cuerdas y la percusión que transmiten cierta sensación de furia melancólica, de hacerte pensar en algo personal para lo que cuesta encontrar explicación, y es que la música de estos chicas y muchas en general, suelen llevarnos a estados anímicos de libre interpretación, "581", en la que colaboran los antes mentados Henry Teil o mejor dicho, los dos componentes de Retina que completan su escuadra, dando un prisma ambiental a una creación robusta y luminosa, caminando por túneles espectrales, entre niebla densa, dibujando secuencias temibles que captan nuestros miedos y los afrontan a base de riffs solitarios, con unos silencios gélidos que erizan la piel, su cúspide creativa, vaya, "501", vuelta a ese cabalgar carnoso de brega infinita, trayendo a mi memoria a los Team Sleep de Chino Moreno, aunque esa puede que sea una percepción mía un tanto atrevida, y "52", donde aparece una influencia inédita hasta el momento como es el post-punk, y es que esas guitarras en lamento tienen una deuda asequible con el género, a pesar de que la cosa vaya por derroteros opuestos en algunos instantes de su alargado minutaje.
417.3 són en la actualidad Renat, Sergei, Stas y Artur. El primero de ellos, sustituyó recientemente a Slavik, que tocaba la batería en este '34' y en la primera etapa del grupo pasaron por su seno, el también batería Genz, la bajista Petya, la violonchelista Kolya y las violinistas Vita, Sonya, Tanya y Ksenya.
https://4173.bandcamp.com/
Siento debilidad por las bandas que practican estilos musicales poco explorados en su país de origen, como también por las que utilizan un nombre de esos que cualquier jerifalte de multinacional discográfica querría hacerles cambiar por falta de gancho comercial, y por alguna extraña razón adoro a las que ponen la imagen de un edificio en su portada. Pues bien, hoy voy a escribir sobre un cuarteto que me complace en todos esos sentidos y además me fascina por su sonoridad. Desde Rostov-On-Don (Rusia), con la peculiaridad de llamarse 417.3 y hacer un post-rock depurado y elegante, ligeramente superior (a mi parecer) al que llevan a cabo las otras formaciones de allí que tratan de abrirse hueco en el panorama internacional, estos tipos me ganaron por completo con '34', su segundo álbum editado hace un par de años, y que en su día me dio a conocer mi buen colega Silencekid. Inmediatamente se convirtieron en una compañía habitual para mis ratos de evasión y eso me hizo interesar por sus compatriotas coetáneos, pero me anclé en lo que ofrecen estos zagales porque raya a un nivel excelente y sin hacerle ascos a la experimentación y la reinvención de sus propias maniobras, son accesibles a cualquiera que goce con la música instrumental en su definición más apegada al rock.
Me llamaron la atención los datos que daba de ellos mi colega manchego y todo lo que he nombrado en las primeras líneas de este post, pero cuando reproducí las canciones en su bandcamp aquello pasó a un segundo plano, porque musicalmente me dejó gratamente sorprendido. No les encontré defectos en la comparación con los mastodontes del género tipo Mogwai, Explosions In The Sky, God Is An Astronaut, Caspian, Russian Circles o nuestros Toundra, aunque su propuesta está más próxima a los ucranianos The Best Pessimist o los mexicanos The Polar Dream. Tienen tres trabajos separados por una barrera de inactividad discográfica de cuatro años y por ello se percibe una evolución considerable entre aquellos primerizos '_(-_-)_' y '2', y este compacto '34', en el que aparcaron los instrumentos de cuerda (violín, violonchelo y contrabajo) que le daban un enfoque cercano a Godspeed You! Black Emperor. En este disco lograron madurar su concepto e imponer la coherencia en sus desarrollos instrumentales incorporando a la ecuación unos ligeros ademanes electrónicos, que le dan lustre a unas piezas largas que en todos los casos superan los ocho minutos de duración.
Rompiendo un silencio largo que vino provocado por el hecho de que varios de sus miembros se centraron en un proyecto paralelo formado a medias con gente de la banda grindcore Retina, llamado Henry Teil, en el que sus músicos se van de un extremo al otro porque exploran los entresijos del ambient de mil y un cachivaches, 417.3 se encerraron en un estudio de East Palo Alto (California), para grabar su mayor faena hasta la fecha y contrataron para la producción al propietario del mismo, que era nada más y nada menos que el clarividente Jack Shirley, aclamado por su trabajo en dicha tarea para los black metaleros Deafhaven, y guitarrista en sus ratos libres de los hardcoretas Comadre. Un acierto total puesto que supo dotar de músculo y tecnicismo las cinco pistas que contiene el álbum.
Lo primero que resalta al echar un ojo a los temas antes de escucharlos, es que los títulos son simples cifras, cuyo significado desconozco pero seguro tienen algún sentido para ellos. Tanto en su ópera prima como en su segundo asalto, hicieron lo mismo, aunque un par de cortes de cada uno fueron bautizados con símbolos. En el que nos ocupa, dos de triple dígito y tres de doble, comenzando por "15", un inicio directo y a pecho descubierto que muestra un crecimiento que cuaja a la perfección con sus intención de sonar tan poderosos como condescendiente con los oyentes que necesiten aire en medio de la bruma, un carrusel de emociones excitantes que se disfruta tanto en el fragor como en el sosiego, "92", amansada en su arranque, cogiendo fuerza a medida que avanza con un golpeteo de las cuerdas y la percusión que transmiten cierta sensación de furia melancólica, de hacerte pensar en algo personal para lo que cuesta encontrar explicación, y es que la música de estos chicas y muchas en general, suelen llevarnos a estados anímicos de libre interpretación, "581", en la que colaboran los antes mentados Henry Teil o mejor dicho, los dos componentes de Retina que completan su escuadra, dando un prisma ambiental a una creación robusta y luminosa, caminando por túneles espectrales, entre niebla densa, dibujando secuencias temibles que captan nuestros miedos y los afrontan a base de riffs solitarios, con unos silencios gélidos que erizan la piel, su cúspide creativa, vaya, "501", vuelta a ese cabalgar carnoso de brega infinita, trayendo a mi memoria a los Team Sleep de Chino Moreno, aunque esa puede que sea una percepción mía un tanto atrevida, y "52", donde aparece una influencia inédita hasta el momento como es el post-punk, y es que esas guitarras en lamento tienen una deuda asequible con el género, a pesar de que la cosa vaya por derroteros opuestos en algunos instantes de su alargado minutaje.
417.3 són en la actualidad Renat, Sergei, Stas y Artur. El primero de ellos, sustituyó recientemente a Slavik, que tocaba la batería en este '34' y en la primera etapa del grupo pasaron por su seno, el también batería Genz, la bajista Petya, la violonchelista Kolya y las violinistas Vita, Sonya, Tanya y Ksenya.
https://4173.bandcamp.com/
viernes, 12 de enero de 2018
9º ANIVERSARIO DE MUSIC IS MY GIRLFRIEND CON TEMAS INÉDITOS PARA BANDAS SONORAS
A vueltas he estado tantos días con qué hacer para celebrar el noveno aniversario de esta casita cibernética vuestra y mía, que con la tontería he retrasado la publicación del post casi una semana, porque oficialmente el día 6 de Enero del 2009 fue cuando dí el pistoletazo de salida a este espacio con un escueto escrito. Pero bueno, da igual, la cosa es que estamos de cumpleaños y tras pensarlo quizá demasiado, he decidido subir una carpeta a un servidor de esos de descarga directa como hacía en los orígenes de esta historia, ahora que parece que la caza de brujas pirateril, ha pasado a mejor vida. En ella he juntado treinta temas de otros tantos artistas y bandas, compuestos exclusivamente para bandas sonoras de películas, y de ese modo, unir dos de mis mayores pasiones: Música y cine.
Me alegra mucho poder seguir después de tanto tiempo y aunque sea mucho menos constante y me haya puesto una premisa que sé que será difícil de cumplir (darle a esto más a menudo), me doy con un canto en los dientes con lo que ha dado de si hasta ahora. Como he dicho otras veces, lo principal que me llevo son las vivencias con otros blogueros como Silencekid, Viola, bboyz, Sulo Resmes, Lapor, Johnny, Chals, Joserra... con los que he entablado amistad más allá de estas 'paredes', al igual que con Joaquin y Burrito, mis más queridos comentaristas, con los músicos que he conocido gracias a esta afición compartida y sobretodo la inmensa fortuna de haber encontrado a Pris, la mujer de mi vida. Quizá este sea un mundo muy pequeño, pero está repleto de personas grandes de corazón y alma. En fin, no es plan de ponerse sentimental, porque son cosas que sin necesidad de decirlas, se saben. Mejor voy a lo que nos ocupa...
Para hacer algo fuera de la línea habitual, sopesé la opción de dedicar una entrada a Black Sabbath, por ser el grupo que más veces he mentado sin tener ningún disco publicado en esta bitácora, también estuve a punto de acoger la sugerencia de mi chica que me aconsejó elegir nueve canciones que me gustaran mucho y hacer una compilación con ellas, incluso consideré que lo más apropiado para no complicarme era escribir sobre un álbum cualquiera u otro grande de algún mastodonte clásico, pero reduciendo la idea entre poner temas que han aparecido en series de televisión o esta curiosidad de tirar de temas inéditos o más bien exclusivos, finalmente me decanté por esto último.
Piezas de distinto pelaje interpretadas por formaciones que en su mayoría han pasado por aquí ni que sea mencionadas y pistas que dieron lustre a bandas sonoras de películas de mayor o menor gloria, como Wilco, que en su día se encargaron de musicalizar 'Chelsea walls', el debut tras la cámara del actor Ethan Hawke, pero de los que he escogido el único corte que aportaron a la gamberra 'Yo, yo mismo e Irene', el líder de Lucero, Ben Nichols, con la soberbia 'Shelter', que formó parte de una de las muchas bandas sonoras que le ha encargado hasta ahora su hermano Jeff, en concreto de 'Take shelter', un estupendo film con el gigantesco Michael Shannon a la cabeza del reparto, Sufjan Stevens, con uno de los dos aportes que ha hecho este año para 'Call be your name', que posiblemente estará nominada al Oscar dentro de unos meses, el ex The Replacements, Paul Westerberg, con una de las delicias que donó a la icónica 'Singles'... y así hasta una treintena de buenas canciones, que prefiero que disfrutéis sin más dilación.
Muchas gracias por todos estos años de buenas palabras y de enseñanzas. Ahí os va el enlace...
https://mega.nz/#!J8YQ0SBb!zMN44uCpnuuCO6pzy0Efr12ch-FSVBAuB_VJhJBLbUI
domingo, 31 de diciembre de 2017
CINCUENTA GRANDES DISCOS INTERNACIONALES DEL 2017
Último coletazo y tal como anuncié ayer, aquí va la lista de mis recomendaciones del año. De nuevo cincuenta, aunque debo reconocer que me ha costado más de lo que preveía porque una cifra más reducida estaría más acorde a lo que ha dado de sí para mi este curso musical, pero vaya, soy animal de bellota y de costumbres y prefiero seguir fiel a la idea de poner medio centenar aunque alguno lo tenga estudiado de pasada.
Doce meses de buen material con regresos por todo lo alto, notables debuts, consolidaciones y mucha actividad. Entre lo que he puesto, me viene de gusto mencionar sobremanera a Alex (G), un joven artista de Philadelphia (Pennsylvania), que ha cogido el relevo de Car Seat Headrest, como gran nueva sensación para un servidor, los impresionantes Oxbow, a los que conocí por mediación de ese excelente blog llamado 'Discos pensados', la espectacular vuelta de mis adorados Broken Social Scene, a la que uno las de mis admirados Él Mató a un Policía Motorizado, The Jesus And Mary Chain, Grandaddy, At The Drive-In, Slowdive, Jeremy Enigk y Wolf Parade, demostrando cada uno que el tiempo no pasa para ellos, la grata sorpresa que ha supuesto para mi ver a Cigarettes After Sex, alcanzar una fama que parecía lejana cuando escribí sobre su primer Ep por estos lares... en fin, mucho que destacar tras analizar todo en calma.
En el apartado de lo que se queda a medio camino, The National, Beck, Godspeed You! Black Emperor, Björk, Andrew Bird, Antherma, Fleet Foxes, Japandroids, The Magnetic Fields, The New Pornographers o Shout Out Louds, entre otros, que si bien han publicado buenos trabajos, ya sea por repetir fórmula o por cosa mía, no me han calado en exceso y por ello los he dejado fuera.
Y bueno, eso es todo, que no es cosa de apurar la entrada y confío en que se cree una buena tertulia en comentarios (llamádme iluso!) con la que poder intercambiar opiniones. Sin más dilación, dejo mis cincuenta predilectos y una enlace youtubero a una playlist con un tema por barba. A pasar buena noche, amigos mío! Feliz Año 2018
(SANDY) ALEX G Rocket
ALT-J Relaxer
ARCADE FIRE Everything Now
AT THE DRIVE-IN Interalia
BENJAMIN BOOKER Witness
BROKEN SOCIAL SCENE Hug Of Thunder
CHAD VANGAALEN Light Information
CHELSEA WOLFE Hiss Spun
CIGARETTES AFTER SEX Cigarettes After Sex
CLOUD NOTHINGS Life Without Sound
DESTROYER Ken
DO MAKE SAY THINK Stuborn Persistent Illusions
ÉL MATÓ A UN POLICÍA MOTORIZADO La Síntesis O'Konnor
FEIST Pleasure
FUTURE ISLANDS The Far Field
GRANDADDY Last Place
GRIZZLY BEAR Painted Ruins
HAPPYNESS Write In
HORSE THIEF Trials And Thruths
JEREMY ENIGK Ghosts
JUANA MOLINA Halo
KASABIAN For Crying Out Loud
KING GIZZARD & LIZARD WIZARD Polygonwanaland
LUNA A Sentimental Education
MAJOR LEAGUES Good Love
MAMMUT Kinder Versions
MOGWAI Every's Country Sun
NO SUN If Only
OFFA REX The Queen Of Hearts
OXBOW Thin Black Duke
PUBLIC SERVICE BROADCASTING Every Valley
QUEENS OF THE STONE AGE Villains
QUICKSAND Interiors
REAL ESTATE In Mind
SLOWDIVE Slowdive
SPIRAL STAIRS Doris And Daggers
SUN KIL MOON Common As Light And Love Are Red Valleys Of Blood
SURF CURSE Nothing Yet
TALISCO Capitol Vision
THE BLACK ANGELS Death Song
THE BRIAN JONESTOWN MASSACRE Don't Get Lost
THE JESUS AND MARY CHAIN Damage And Joy
THE NEW YEAR Snow
THE RURAL ALBERTA ADVANTAGE The Wild
THE SHINS Heartworms
THE WAR ON DRUGS A Deeper Understanding
TIMBER TIMBRE Sincerely, Future Pollution
WILSEN I Go Missing In My Sleep
WOLF PARADE Cry Cry Cry
YELLOW DAYS Is Everything Okay In Your World
https://www.youtube.com/playlist?list=PLhuv5LuNp0TiyNEyE8TBa1UCj-8U8lfpS
sábado, 30 de diciembre de 2017
VEINTE GRANDES DISCOS NACIONALES DEL 2017
Se nos va el 2017, este hijo de mil padres del que tendré infausto recuerdo en lo personal pero que nos ha dejado una cosecha de discos interesantes, aunque no voy a juzgar si mejores o peores que los que nos brindaron años anteriores, y hoy toca hacer un pequeño repaso a lo ofrecido en territorio nacional, haciendo lista de lo que más me ha cautivado. Como de costumbre he seleccionado los álbumes y los he puesto en lista sin darles más orden que el alfabético porque aunque me puedo mojar y compartir mis preferencias, mejor no hacerlo porque luego cambio de idea sobre la marcha y me quedo con la paranoia que acabaría editándolo doscientas veces, así que simplemente hago esto como un método para destacar trabajos de buena ejecución que me apetece recomendar por si alguien los ha pasado por alto y le interesan.
Viendo publicaciones de revistas multimedia y blogs amigos, he llegado a los discursos que publicaron este curso gente como José Ignacio Lapido, Ricardo Lezón, Joana Serrat, Flamaradas, Julio De La Rosa, Los Punsetes y algún otro que no recuerdo así a bote pronto, que por haber tenido una época un poco inconstante en eso de escuchar música sin control, no los he llevado al oído hasta hace bien poquito y por eso no los he incluido junto a estos. Aparte también ha habido cositas sueltas de mi agrado como lo nuevo de Rufus T. Firefly o Joe La Reina, que he dejado fuera por no alargar demasiado, ya que esta vez decidí hacerla de solo de veinte por redondear un poco la cifra a diferencia del 2016. En fin, tontadas, mías.
En el apartado de decepciones, pues ni una, pues quién soy yo para decir que raya a peor nivel, acabáramos, pero si las nuevas referencias de LA, Delorean, Xoel López, Tulsa o La Bien Querida, me han dado un poco de pereza aunque no sabría decir muy bien por qué.
Y ya para terminar, que tampoco es cosa de soltar un ladrillo, comentar un poco que de entre lo mentado a continuación he gozado mucho con todo, pero en especial con ese deje planetario de Apartamentos Acapulco, el humor ácido de Antonna, la intacta frescura de Cala Vento. ese cañón ecléctico que ha sacado Lagartija Nick, la fulgurante unión entre Toundra y El Niño De Elche bajo el pseudónimo Exquirla, la apuesta arriegada pero a mi parecer triunfadora de Vetusta Morla, los regresos por la puerta grande de Los Planetas, Nudozurdo, Maga y Josele Santiago, y Fee Reega, El Pardo y Templeton, esas joyas que me ha ido dando a conocer mi compadre Diego a través de nuestro podcast de Los Jalifax.
Mañana publicaré mis recomendaciones internacionales. Ahí van las de aquí, y los enlaces a las de los años 2015, 2014, 2013, 2012, 2011, 2010 y 2009, más una playlist con un tema de cada banda al final del listado.
ANTONNA Internacional
APARTAMENTOS ACAPULCO Nuevos Testamentos
CALA VENTO Fruto Panorama
CAMPEÓN Subcampeón
DIOLA Diola
EL PARDO ¡Europa Si!
EXQUIRLA Para Quienes Aún Viven
FEE REEGA Sonambulancia
HAVALINA Muerdesombra
JOSELE SANTIAGO Transilvania
LAGARTIJA NICK Crimen, Sabotaje y Creación
LOS PLANETAS Zona Temporalmente Autónoma
MAGA Salto Horizontal
MELANGE Viento Bravo
MUJERES Un Sentimiento Importante
NIÑOS MUTANTES Diez
NUDOZURDO Voyeur Amateur
TEMPLETON Una Mar Enorme
THE SECRET SOCIETY Hacemos Ruidos Raros Al Rompernos
VETUSTA MORLA Mismo Sitio, Distinto Lugar
https://www.youtube.com/playlist?list=PLhuv5LuNp0TjjBavzRpwtmGqvfDHQ_WtD
domingo, 24 de diciembre de 2017
SUFJAN STEVENS
LET IT SNOW! SONGS FOR CHRISTMAS VOL. IX (2009)
Madre mía, no me había parado a mirar los días exactos que llevaba sin asomar el morro por aquí, y lo cierto es que me ha dado pena tener tan abandonado el blog. Lo primero que he pensado es que debo retomar la actividad porque para eso siempre fue uno de mis más queridos entretenimientos, y lo segundo, que a pesar de que estas fechas van a ser duras para mi porque son las primeras que voy a pasar tras la pérdida de mi padre, al que echo de menos tanto que siento que algo se ha roto dentro de mi de forma irreparable, debo celebrar las navidades (aunque sea de una manera comedida) porque la vida continúa. La gente que me rodea y que tanto me ha ayudado a sobrellevar este golpe tan brutal, no merece soportarme con la cara de amargura todo el día, y él, allá donde esté, seguramente querrá verme bien, con lo que en estos meses he tratado de recuperar las costumbres, retomar las cosas que frecuentaba, y tal vez la última que me tocaba remodelar o más bien revitalizar, era esta pequeña casita cibernética coincidiendo con unos días que habitualmente me han servido para hacer entradas especiales, ya sea repasar los discos que más me apetece recomendar del año, tanto nacionales como internacionales, conmemorar el aniversario de la misma o a veces incluso el mío, y hasta tomarme la licencia de hacer el cafre con motivo de cierta festividad que me encanta y que no cito por si me da el punto de repetir este año esa buena tradición (aún lo tengo que pensar). Pero de todas esas historias, la que ha sido más recurrente y constante ha sido la de postear un álbum de villancicos para amenizar la Nochebuena, y hasta el momento con un protagonista único: Sufjan Stevens.
El célebre artista folk de Detroit (Michigan), que este año nos ha regalado un interesantísimo disco de rarezas, caras b y descartes de su aclamado 'Carrie & Lowell', publicó diez trabajos de esta temática a uno por año aunque fueron recopilados todos ellos en dos cajas publicadas en el 2006 y el 2012, y para seguir con el orden que he llevado con ellos por aquí, le toca el turno al noveno, el delicioso 'Let it snow'. Una colección de nueve canciones sutiles, de elegante belleza y que llevadas a su terreno cobran una dimensión muy diferente a lo que suelen ser este tipo de experimentos. Ni que decir tiene que este volumen no desmerece al resto, pues sigue la estela y sorprende en las relecturas y la calidad de los temas propios, pero bueno, casi que es tontería alargar esto... creo que lo mejor es comentar un poco cada corte y simplemente sumergirnos en la belleza de estas composiciones.
"I'll be home for Christmas", original de Bing Crosby, que abre la faena con esa ternura minimal de sus primeras pulsaciones, hasta que irrumpe un coro fantasmal de contenida épica, "Santa Claus is coming to town", quizá el clásico entre los clásicos del cancionero navideño estadounidense, que en su día fue compuesto por John Frederick Coots y Haven Gillespie, y que aquí Sufjan y su cuadrilla transforman en un himno coral precioso que recurre puntualmente a la electrónica de guitarras suaves que practican The Elected, "The sleigh in the moon", una pieza en la que nuestro amigo tan solo participa en la parte instrumental, puesto que está interpretada en el disco por Cat Martino, voz de la banda de indie-pop experimental Stranger Cat, quién a su vez se encarga de su autoría, "Sleigh ride", dulce melodía creada por Leroy Anderson en 1946, y que aquí es cubierta por unos sintetizadores y unas voces infantiles en pleno júbilo en su recta final, "Ave Maria", mítica pieza clásica de Franz Schubert, tan irreconocible como excitante en su traslado al universo Stevens, "X-Mas spirit catcher", la mejor del lote, maravilla de firma propia que recuerda mucho a lo mostrado en su controvertido 'The age of ADZ', "Let it snow!, let it snow! let it snow!", que vendieron Julie Styne y Sammy Cahn para que la hiciera inmortal Vaughn Monroe hace ahora setenta y dos años, y que desde entonces han acogido ilustre como Rod Stewart, Carly Simon o Ella Fitzgerald, aunque con mucha más fildelidad que Sufjan Stevens, que como buen inquieto, hace una versión libre, "Holy Jolly Christmas", festiva revisión de la popular visión que en su día le dio el actor Burl Ives, y "Christmas face", tristona despedida que canta con alma de crooner con la compañía de un coro suave.
Una labor de notable alto, en cuya grabación estuvieron los hermanos Aaron y Bryce Dessner (al segundo lo reconocemos como miembro fijo de Clogs y The National), C.J. Camarieri (músico de estudio que ha trabajado con Fatboy Slim, Beck y Dirty Projectors), Sayard Egan (corista de Phosphorescent y Ramona Falls), Sonya Hofer, Gabriel Kahane (conocida por sus buenos discos en solitario), Clara Klaus, Nathan Lightgow (bajista de Inlets), Olivier Manchon, la antes mencionada Cat Martino, James McAllister, Richard Reed Parry (miembro de Arcade Fire y Bell Orchestre), Raymond Raposa (vocalista de Castanets), Sebastian Krueger, Elin, Ida y Lily Smith (parte de la família Danielson), Alex Sopp, Rosie Thomas (con una brillante carrera como solista, también), Brian Wolfe (batería de My Brightest Diamond) y Marla Hansen (violinista de Jens Lekman que cuenta además con una recomendable discografía en solitario).
También recomendaros los otros álbumes en esta línea que he publicado por aquí, que son 'Noel', 'Hark!', 'Ding! Dong!', 'Joy', 'Peace', 'Gloria', 'I am Santa helper' y 'Astral inter planet space captain Christmas infinity voyage', por si os quedáis con ganas de más. o simplemente os entra la curiosidad en el dado caso de que no los conozcáis y os apetezca. En fin, pues eso es todo. Os deseo que tengáis una muy buena velada y mis mejores augurios. Feliz Navidad!
https://www.youtube.com/playlist?list=PLhuv5LuNp0TgT-007OP4qFskI8wDPAloO
Madre mía, no me había parado a mirar los días exactos que llevaba sin asomar el morro por aquí, y lo cierto es que me ha dado pena tener tan abandonado el blog. Lo primero que he pensado es que debo retomar la actividad porque para eso siempre fue uno de mis más queridos entretenimientos, y lo segundo, que a pesar de que estas fechas van a ser duras para mi porque son las primeras que voy a pasar tras la pérdida de mi padre, al que echo de menos tanto que siento que algo se ha roto dentro de mi de forma irreparable, debo celebrar las navidades (aunque sea de una manera comedida) porque la vida continúa. La gente que me rodea y que tanto me ha ayudado a sobrellevar este golpe tan brutal, no merece soportarme con la cara de amargura todo el día, y él, allá donde esté, seguramente querrá verme bien, con lo que en estos meses he tratado de recuperar las costumbres, retomar las cosas que frecuentaba, y tal vez la última que me tocaba remodelar o más bien revitalizar, era esta pequeña casita cibernética coincidiendo con unos días que habitualmente me han servido para hacer entradas especiales, ya sea repasar los discos que más me apetece recomendar del año, tanto nacionales como internacionales, conmemorar el aniversario de la misma o a veces incluso el mío, y hasta tomarme la licencia de hacer el cafre con motivo de cierta festividad que me encanta y que no cito por si me da el punto de repetir este año esa buena tradición (aún lo tengo que pensar). Pero de todas esas historias, la que ha sido más recurrente y constante ha sido la de postear un álbum de villancicos para amenizar la Nochebuena, y hasta el momento con un protagonista único: Sufjan Stevens.
El célebre artista folk de Detroit (Michigan), que este año nos ha regalado un interesantísimo disco de rarezas, caras b y descartes de su aclamado 'Carrie & Lowell', publicó diez trabajos de esta temática a uno por año aunque fueron recopilados todos ellos en dos cajas publicadas en el 2006 y el 2012, y para seguir con el orden que he llevado con ellos por aquí, le toca el turno al noveno, el delicioso 'Let it snow'. Una colección de nueve canciones sutiles, de elegante belleza y que llevadas a su terreno cobran una dimensión muy diferente a lo que suelen ser este tipo de experimentos. Ni que decir tiene que este volumen no desmerece al resto, pues sigue la estela y sorprende en las relecturas y la calidad de los temas propios, pero bueno, casi que es tontería alargar esto... creo que lo mejor es comentar un poco cada corte y simplemente sumergirnos en la belleza de estas composiciones.
"I'll be home for Christmas", original de Bing Crosby, que abre la faena con esa ternura minimal de sus primeras pulsaciones, hasta que irrumpe un coro fantasmal de contenida épica, "Santa Claus is coming to town", quizá el clásico entre los clásicos del cancionero navideño estadounidense, que en su día fue compuesto por John Frederick Coots y Haven Gillespie, y que aquí Sufjan y su cuadrilla transforman en un himno coral precioso que recurre puntualmente a la electrónica de guitarras suaves que practican The Elected, "The sleigh in the moon", una pieza en la que nuestro amigo tan solo participa en la parte instrumental, puesto que está interpretada en el disco por Cat Martino, voz de la banda de indie-pop experimental Stranger Cat, quién a su vez se encarga de su autoría, "Sleigh ride", dulce melodía creada por Leroy Anderson en 1946, y que aquí es cubierta por unos sintetizadores y unas voces infantiles en pleno júbilo en su recta final, "Ave Maria", mítica pieza clásica de Franz Schubert, tan irreconocible como excitante en su traslado al universo Stevens, "X-Mas spirit catcher", la mejor del lote, maravilla de firma propia que recuerda mucho a lo mostrado en su controvertido 'The age of ADZ', "Let it snow!, let it snow! let it snow!", que vendieron Julie Styne y Sammy Cahn para que la hiciera inmortal Vaughn Monroe hace ahora setenta y dos años, y que desde entonces han acogido ilustre como Rod Stewart, Carly Simon o Ella Fitzgerald, aunque con mucha más fildelidad que Sufjan Stevens, que como buen inquieto, hace una versión libre, "Holy Jolly Christmas", festiva revisión de la popular visión que en su día le dio el actor Burl Ives, y "Christmas face", tristona despedida que canta con alma de crooner con la compañía de un coro suave.
Una labor de notable alto, en cuya grabación estuvieron los hermanos Aaron y Bryce Dessner (al segundo lo reconocemos como miembro fijo de Clogs y The National), C.J. Camarieri (músico de estudio que ha trabajado con Fatboy Slim, Beck y Dirty Projectors), Sayard Egan (corista de Phosphorescent y Ramona Falls), Sonya Hofer, Gabriel Kahane (conocida por sus buenos discos en solitario), Clara Klaus, Nathan Lightgow (bajista de Inlets), Olivier Manchon, la antes mencionada Cat Martino, James McAllister, Richard Reed Parry (miembro de Arcade Fire y Bell Orchestre), Raymond Raposa (vocalista de Castanets), Sebastian Krueger, Elin, Ida y Lily Smith (parte de la família Danielson), Alex Sopp, Rosie Thomas (con una brillante carrera como solista, también), Brian Wolfe (batería de My Brightest Diamond) y Marla Hansen (violinista de Jens Lekman que cuenta además con una recomendable discografía en solitario).
También recomendaros los otros álbumes en esta línea que he publicado por aquí, que son 'Noel', 'Hark!', 'Ding! Dong!', 'Joy', 'Peace', 'Gloria', 'I am Santa helper' y 'Astral inter planet space captain Christmas infinity voyage', por si os quedáis con ganas de más. o simplemente os entra la curiosidad en el dado caso de que no los conozcáis y os apetezca. En fin, pues eso es todo. Os deseo que tengáis una muy buena velada y mis mejores augurios. Feliz Navidad!
https://www.youtube.com/playlist?list=PLhuv5LuNp0TgT-007OP4qFskI8wDPAloO
martes, 6 de junio de 2017
LOS JALIFAX CRUZAN EL CHARCO! PODCAST # 8
Mandamos a nuestros corresponsales de guerra Pope y Cuttino a New York City, donde tenían el cometido de negociar para emitir desde el Madison Square Jander, el mítico pabellón de los Knickerbokers. Tal es el carisma de este podcast que al llegar a las instalaciones deportivas de la franquicia que gestiona el 'maestro zen' Phil Jackson, no hubo tuvieron que hablar con nadie porque ya tenían habilitada una flamante mesa de comentaristas a pie de pista. Coincidio con un entrenamiento, pero eso no impidió que nuestros muchachos lo dieran todo y les saliera un programa bien apañado en el que sonaron cosas como Nirvana, Ween o Siver Jews, entre otros.
A disfrutar con la escucha!
Ah! y recordad que nos podéis seguir en FB...https://www.facebook.com/losjalifax/
A disfrutar con la escucha!
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lunes, 29 de mayo de 2017
CHRIS CORNELL (1964-2017) SOUNDGARDEN
DOWN ON THE UPSIDE (1996)
Una noticia tan triste como ha sido la pérdida del genial vocalista de Seattle (Washington), Chris Cornell, ha sido la que ha despertado del letargo a este abandonado blog mío. Con la excusa de rendir homenaje a uno de mis artistas favoritos de la adolescencia, retomo actividad con el pesar de la razón causante, puesto que tenía por ahí a medio hacer un post sobre Lee Moses que queda aparcado hasta nueva orden para dar prioridad a estas líneas. Pasada una semana desde el anuncio de su muerte y seis días desde que se informó de las circunstancias, solo me invade la pena. Me encantaba Soundgarden y me ilusionaba ante la esperanza cada vez más real de ver un directo de ellos ahora que habían vuelto al redil, pero una vez que el bueno de Chris Cornell tomó la drástica decisión de acabar con su vida al parecer por culpa de los terribles efectos secundarios derivados de un fármaco con el que trataba una depresión, este sueño se ha esfumado, aunque ese sea el menor de los problemas. Nunca más volveré a escuchar su brillante y personal voz formando parte de algo nuevo, como de vez en cuando hacía, ya fuera publicando en solitario, colaborando en algún proyecto como en su momento hizo con la banda sonora de 'Casino Royale', uno de los últimos títulos de la saga James Bond, o involucrándose con los miembros de Rage Against The Machine (a excepción de Zach De La Rocha) en aquella aventura llamada Audioslave, igual que se extingue la ilusión ya de por si complicada de un regreso con los efímeros Temple Of The Dog.
Confieso que me noto oxidado, como si se me hubiera olvidado expresarme a través de las letras, pero la verdad es que tampoco creo que eso sea un problema, porque no quiero hacer un repaso a la vida y milagros del malogrado artista y tampoco hacer algo redundante comentando las causas de su muerte, en realidad lo que me apetece es reivindicar su legado y recuperar para la memoria algo de lo bueno que creó, como hice en su día con 'Superunknown', el álbum más emblemático de la que fue su banda principal, y es por eso que recurro a su sucesor, este genial 'Down on the upside' que a la postre significó su último trabajo antes de tomarse un hiato como formación que duró la friolera de dieciséis años hasta volver a entrar al estudio de grabación para componer 'King animal', su obra póstuma como grupo.Fue este un cancionero muy notable a mi parecer, que sin embargo no cosechó los mismos parabienes que su antecesor. El quinto plástico de larga duración del cuarteto se desmarcaba un poco del sonido grunge en pro de la experimentación trayendo consigo discusiones en el seno de la banda, especialmente entre Cornell y Thayil, porque el primero tiró de galones a la hora de confeccionar el sonido eliminando aquellos riffs deudores de Black Sabbath, algo que no gustó al ejecutor de aquel recurso tan característico en el universo Soundgarden. Aparte veía la luz en un momento cumbre dentro del género y los más puristas seguidores de esta ola dieron la espalda a esta evolución que se sumaba a los vientos de cambio que también se percibían en discos como 'No code' de Pearl Jam y 'Dust' de Screaming Trees.
Para este humilde servidor, ese ligero giro estilístico supuso una bocanada de aire fresco, puesto que siempre pensé que lo estimulante del sonido Seattle, era que primaba la anarquía, la rotura de esquemas establecidos. Las bandas relacionadas con ese movimiento se parecían entre sí lo que un huevo a una castaña y creo todavía que ahí radicaba su encanto, 'Superunknown' me había parecido una bomba, una obra redonda, revolucionaria, tan parejo como opuesto a lo ofrecido en 'Badmotorfinger', pero lo curioso es que ya había tenido esa sensación con un buen puñado de discos de esa índole ('Nevermind', 'Versus', 'Mellon collie & the infinite sadness'...), así que en cuanto tuve conocimiento de que había material nuevo, bajé a la ciudad para comprarme la cassette (como ya sabéis los habituales de este blog, tardé siglos en tener reproductor de cd, cosas de la escasez económica adolescente). Salí de Discos Linacero con una sonrisa de oreja a oreja y desde allí fui directo al autobús de línea que va de Zaragoza a mi pueblo, ya que mi viaje fue de propio para agenciarme la cinta, y al llegar a casa en vez de escucharlo lo guardé porque al día siguiente comenzaban las fiestas patronales y lo quería escuchar sin distracciones pasado todo el jaleo, pero había una chica que me hacía tilín con la que compartía gusto musical y a las dos noche del comienzo de festejos me propuso traer la musicassette para estrenarla en una escacharrada radio que tenía en su peña. Que curioso, recuerdo todo como si fuera ayer. Fuimos los dos solos y no había nadie allí porque todas sus amigas estaban viendo las vaquillas en la plaza de toros portátil, y fue ponerla a reproducir y entre que con esas edades yo era un melón inseguro y pensaba que era imposible que lo mío por esa muchacha fuera recíproco y que estaba disfrutando la escucha como si estuviera en órbita, no capté ni una sola de las insinuaciones que ella confesó años después haberme hecho esa noche, algo que durante un tiempo me pesó bastante porque nunca más surgió otra ocasión, pero que ahora veo como una anécdota divertida (lo que no se da por algo es), de hecho todavía sonrío cuando oigo estas canciones y viajo mentalmente allí e incomprensiblemente sigo quedándome con la satisfacción de lo vivido aunque no fuera todo lo idílico que pudo haber sido. El disco me gustó tantísimo y me entró tan bien de primeras que en realidad no requería añadido alguno.
Cierro los ojos y me veo sentado en el sofá aterciopelado verde de reposabrazos destripado que tenían en aquella caseta con olor a cerveza y mugre, mientras suena "Pretty noose", que al segundo se convirtió en mi pieza favorita del lote y pasadas las semanas y exprimidas las escuchas, mi predilecta de su discografía. Ese corte inicial era una vuelco a sus códigos una exclamación a viva voz que mostraba una identidad de firme convicción, tenía unos efectos sonoros imposibles en el buen sentido, una melodía y una coralidad magistrales, pero digamos que era la guinda del pastel, porque el minutaje estaba repleto de direcciones opuestas, momentos acelerados, contención luminosa, pasajes tristes con explosiones de pundonor, todo en el interior de temas tan poderosos como "Rhinosaur", donde seguía presente ese querer por clásicos como Led Zeppelin o Jethro Tull, pero con un estribillo músculo que daba pie a un solo de guitarra a lo Jimi Hendrix que queda para la posteridad en su adaptación al rock de fin del milenio, "Zero chance", una pieza que bien pudo haber sido un descarte de Temple Of The Dog o un obsequio de sus amigos de Pearl Jam, una de esas canciones que se tornan imprescindibles, "Dusty", un maremoto de emociones con una base rítmica apasionante y unas estrofas deliciosas, "Ty cobb", que empieza tímida pero rápidamente se erige en el trallazo punk-rockero de la banda por excelencia, arrimando el morro al redneck y al cowpunk de un Jason Ringenberg o unos Supersuckers, "Blow up the outside world", un precioso medio tiempo que encajaría en el ideario de los Red Hot Chilli Peppers más recientes y que fue escogida como single con un vídeo dirigido por Gerald Casale, bajista de Devo, "Burden in my head", tal vez la pista más fiel al estilo del grupo y una de las más populares de su historia, "Never named", donde nuestro homenajeado a título póstumo se luce como nunca, "Applebite", funesta, hipnótica, como si Ozzy Osbourne y Tony Iommi, les hubiera dado un curso express sobre como adormecer el riff hasta el tuétano, "Never the machine forever", enésimo baluarte, un vendaval envolvente capaz de llevarse toda emoción consigo, "Tighter & tighter", deslumbrante instrumentación que vuelve a tirar de esa esencia blacksabbathiana, y así hasta completar dieciséis temazos como dieciséis soles, que tampoco es plan de comentarlos todos.
Matt Cameron (actual batería de Pearl Jam y anteriormente en Temple Of The Dog, Skin Yard, Hater, Ton Dogs, Wellwater Conspiracy, Ten Commandos y Harrybu McCage), Kim Thayil (que también ha pasado por Probot y No WTO Combo) y Ben Sheperd (como su compañero miembro de honor en su día de Hater y Wellwater Conspiracy, amén de pieza imprescindible de March Of Crimes, Tic Dilly Row, HBS y 600 School, y colaborador de Mark Lanegan), con la colaboración del productor Adam Kasper al piano en el noveno corte del disco, acompañaron a magistral vocalista, guitarrista, compositor Christopher John Boyle, conocido ya por los siglos de los siglos como Chris Cornell. DEP.
https://www.youtube.com/playlist?list=PL744F68A1F1836E51
Una noticia tan triste como ha sido la pérdida del genial vocalista de Seattle (Washington), Chris Cornell, ha sido la que ha despertado del letargo a este abandonado blog mío. Con la excusa de rendir homenaje a uno de mis artistas favoritos de la adolescencia, retomo actividad con el pesar de la razón causante, puesto que tenía por ahí a medio hacer un post sobre Lee Moses que queda aparcado hasta nueva orden para dar prioridad a estas líneas. Pasada una semana desde el anuncio de su muerte y seis días desde que se informó de las circunstancias, solo me invade la pena. Me encantaba Soundgarden y me ilusionaba ante la esperanza cada vez más real de ver un directo de ellos ahora que habían vuelto al redil, pero una vez que el bueno de Chris Cornell tomó la drástica decisión de acabar con su vida al parecer por culpa de los terribles efectos secundarios derivados de un fármaco con el que trataba una depresión, este sueño se ha esfumado, aunque ese sea el menor de los problemas. Nunca más volveré a escuchar su brillante y personal voz formando parte de algo nuevo, como de vez en cuando hacía, ya fuera publicando en solitario, colaborando en algún proyecto como en su momento hizo con la banda sonora de 'Casino Royale', uno de los últimos títulos de la saga James Bond, o involucrándose con los miembros de Rage Against The Machine (a excepción de Zach De La Rocha) en aquella aventura llamada Audioslave, igual que se extingue la ilusión ya de por si complicada de un regreso con los efímeros Temple Of The Dog.
Confieso que me noto oxidado, como si se me hubiera olvidado expresarme a través de las letras, pero la verdad es que tampoco creo que eso sea un problema, porque no quiero hacer un repaso a la vida y milagros del malogrado artista y tampoco hacer algo redundante comentando las causas de su muerte, en realidad lo que me apetece es reivindicar su legado y recuperar para la memoria algo de lo bueno que creó, como hice en su día con 'Superunknown', el álbum más emblemático de la que fue su banda principal, y es por eso que recurro a su sucesor, este genial 'Down on the upside' que a la postre significó su último trabajo antes de tomarse un hiato como formación que duró la friolera de dieciséis años hasta volver a entrar al estudio de grabación para componer 'King animal', su obra póstuma como grupo.Fue este un cancionero muy notable a mi parecer, que sin embargo no cosechó los mismos parabienes que su antecesor. El quinto plástico de larga duración del cuarteto se desmarcaba un poco del sonido grunge en pro de la experimentación trayendo consigo discusiones en el seno de la banda, especialmente entre Cornell y Thayil, porque el primero tiró de galones a la hora de confeccionar el sonido eliminando aquellos riffs deudores de Black Sabbath, algo que no gustó al ejecutor de aquel recurso tan característico en el universo Soundgarden. Aparte veía la luz en un momento cumbre dentro del género y los más puristas seguidores de esta ola dieron la espalda a esta evolución que se sumaba a los vientos de cambio que también se percibían en discos como 'No code' de Pearl Jam y 'Dust' de Screaming Trees.
Para este humilde servidor, ese ligero giro estilístico supuso una bocanada de aire fresco, puesto que siempre pensé que lo estimulante del sonido Seattle, era que primaba la anarquía, la rotura de esquemas establecidos. Las bandas relacionadas con ese movimiento se parecían entre sí lo que un huevo a una castaña y creo todavía que ahí radicaba su encanto, 'Superunknown' me había parecido una bomba, una obra redonda, revolucionaria, tan parejo como opuesto a lo ofrecido en 'Badmotorfinger', pero lo curioso es que ya había tenido esa sensación con un buen puñado de discos de esa índole ('Nevermind', 'Versus', 'Mellon collie & the infinite sadness'...), así que en cuanto tuve conocimiento de que había material nuevo, bajé a la ciudad para comprarme la cassette (como ya sabéis los habituales de este blog, tardé siglos en tener reproductor de cd, cosas de la escasez económica adolescente). Salí de Discos Linacero con una sonrisa de oreja a oreja y desde allí fui directo al autobús de línea que va de Zaragoza a mi pueblo, ya que mi viaje fue de propio para agenciarme la cinta, y al llegar a casa en vez de escucharlo lo guardé porque al día siguiente comenzaban las fiestas patronales y lo quería escuchar sin distracciones pasado todo el jaleo, pero había una chica que me hacía tilín con la que compartía gusto musical y a las dos noche del comienzo de festejos me propuso traer la musicassette para estrenarla en una escacharrada radio que tenía en su peña. Que curioso, recuerdo todo como si fuera ayer. Fuimos los dos solos y no había nadie allí porque todas sus amigas estaban viendo las vaquillas en la plaza de toros portátil, y fue ponerla a reproducir y entre que con esas edades yo era un melón inseguro y pensaba que era imposible que lo mío por esa muchacha fuera recíproco y que estaba disfrutando la escucha como si estuviera en órbita, no capté ni una sola de las insinuaciones que ella confesó años después haberme hecho esa noche, algo que durante un tiempo me pesó bastante porque nunca más surgió otra ocasión, pero que ahora veo como una anécdota divertida (lo que no se da por algo es), de hecho todavía sonrío cuando oigo estas canciones y viajo mentalmente allí e incomprensiblemente sigo quedándome con la satisfacción de lo vivido aunque no fuera todo lo idílico que pudo haber sido. El disco me gustó tantísimo y me entró tan bien de primeras que en realidad no requería añadido alguno.
Cierro los ojos y me veo sentado en el sofá aterciopelado verde de reposabrazos destripado que tenían en aquella caseta con olor a cerveza y mugre, mientras suena "Pretty noose", que al segundo se convirtió en mi pieza favorita del lote y pasadas las semanas y exprimidas las escuchas, mi predilecta de su discografía. Ese corte inicial era una vuelco a sus códigos una exclamación a viva voz que mostraba una identidad de firme convicción, tenía unos efectos sonoros imposibles en el buen sentido, una melodía y una coralidad magistrales, pero digamos que era la guinda del pastel, porque el minutaje estaba repleto de direcciones opuestas, momentos acelerados, contención luminosa, pasajes tristes con explosiones de pundonor, todo en el interior de temas tan poderosos como "Rhinosaur", donde seguía presente ese querer por clásicos como Led Zeppelin o Jethro Tull, pero con un estribillo músculo que daba pie a un solo de guitarra a lo Jimi Hendrix que queda para la posteridad en su adaptación al rock de fin del milenio, "Zero chance", una pieza que bien pudo haber sido un descarte de Temple Of The Dog o un obsequio de sus amigos de Pearl Jam, una de esas canciones que se tornan imprescindibles, "Dusty", un maremoto de emociones con una base rítmica apasionante y unas estrofas deliciosas, "Ty cobb", que empieza tímida pero rápidamente se erige en el trallazo punk-rockero de la banda por excelencia, arrimando el morro al redneck y al cowpunk de un Jason Ringenberg o unos Supersuckers, "Blow up the outside world", un precioso medio tiempo que encajaría en el ideario de los Red Hot Chilli Peppers más recientes y que fue escogida como single con un vídeo dirigido por Gerald Casale, bajista de Devo, "Burden in my head", tal vez la pista más fiel al estilo del grupo y una de las más populares de su historia, "Never named", donde nuestro homenajeado a título póstumo se luce como nunca, "Applebite", funesta, hipnótica, como si Ozzy Osbourne y Tony Iommi, les hubiera dado un curso express sobre como adormecer el riff hasta el tuétano, "Never the machine forever", enésimo baluarte, un vendaval envolvente capaz de llevarse toda emoción consigo, "Tighter & tighter", deslumbrante instrumentación que vuelve a tirar de esa esencia blacksabbathiana, y así hasta completar dieciséis temazos como dieciséis soles, que tampoco es plan de comentarlos todos.
Matt Cameron (actual batería de Pearl Jam y anteriormente en Temple Of The Dog, Skin Yard, Hater, Ton Dogs, Wellwater Conspiracy, Ten Commandos y Harrybu McCage), Kim Thayil (que también ha pasado por Probot y No WTO Combo) y Ben Sheperd (como su compañero miembro de honor en su día de Hater y Wellwater Conspiracy, amén de pieza imprescindible de March Of Crimes, Tic Dilly Row, HBS y 600 School, y colaborador de Mark Lanegan), con la colaboración del productor Adam Kasper al piano en el noveno corte del disco, acompañaron a magistral vocalista, guitarrista, compositor Christopher John Boyle, conocido ya por los siglos de los siglos como Chris Cornell. DEP.
https://www.youtube.com/playlist?list=PL744F68A1F1836E51
jueves, 23 de marzo de 2017
LOS JALIFAX MEZCLAN SAPOS CON CULEBRAS! PODCAST # 7
Reinó la anarquía y el libre albedrío, pusimos el estudio patas arriba bailando pogo con una canción de Enrique y Ana (creemos recordar que fue 'La yenka') y se generó el más absoluto caos, tanto que los vinilos saltaron de sus fundas y las pegatinas desaparecieron, total que tuvimos que pasar la resaca hablando de cosas que nada tienen que ver con la música y por todo esto pusimos temas de los cuales no sabemos ni los nombres. Aún con todo quedó un programa molón, eso sí. Si alguien sabe el título de alguna de las piezas que suenan en el programa, que nos haga el favor de dejarlo en comentarios de aquí, de allí o en nuestra página de FB...https://www.facebook.com/losjalifax/
miércoles, 15 de marzo de 2017
DOG DAY
NIGHT GROUP (2007)
Tal vez el mayor lujo a modo personal que extraigo de compartir con mi hermano de madre manchega la confección y emisión del podcast jalifaxqueño, es poder conocer por mediación suya bandas que hasta entonces no conocía ni de oídas. Estoy disfrutando todo nuevo hallazgo con la alegría de que por ahora, por muy asombroso que parezca, el condenado me ha sorprendido todas las veces en su elección pinchando un tema que luego ha sido de mi agrado. Que tío! de verdad, no ha habido ni un solo corte que no se me haya pegado al subconsciente como una lapa, y claro, luego me ha resultado inevitable hacer incursión al disco que contiene cada una de esas perlas preciosas, con la fortuna de que también me han parecido notables en su conjunto. En la cima de todos ellos, si tuviera que efectuar un orden de preferencia pondría este completísimo 'Night group' de Dog Day que casualidades de la vida son de Halifax (Nova Scotia), la ciudad canadiense a la que tenemos en un pedestal porque en su terreno está ubicado nuestro estudio de grabación del parque de caravanas de Sunnyvale, y pensaréis que ante semejante detonante (que rima tan lozana me ha salido, oigan) tenían que gustarme a la fuerza, pero el caso es que realmente ese no fue el motivo principal de que les cogiera un afecto inmediato puesto que de ese detalle tuve conciencia bastante más tarde, si no que la razón fue que su música es embriagadora y degustable como pocas.
Compuesto originalmente por dos matrimonios bien llevados tras la disolución de la banda de uno de los componentes masculinos del proyecto, lanzaron este magnifico debut en aquel 2007 plagado de grandes álbumes que escuchados a día de hoy dejaban un hueco de honor para que esta exquisitez tuviera su momento de gloria, pero no fue así en aquel tiempo y visto con perspectiva es algo que no debió suceder porque una colección de canciones tan grata no debería haber pasado desapercibida. Sin embargo llamó lo suficiente la atención como para que tuvieran una carrera larga que todavía no se apaga aunque vive en estos momentos un impasse inquietante que lleva cuatro años alargándose sin noticias esclarecedoras. 'Concentration', 'Deformer' y 'Fade out', fueron continuaciones muy dignas a este artefacto sonoro bajo el prisma de una línea progresiva, pero la magia de este tratado indie-rock sigue estando en la cúspide de su discurso. Los constantes cambios de formación generados por diversos problemas personales ajenos a sus dos fundadores no hicieron mella en su mensaje pero si modificaron algunos conceptos, por eso he elegido su ópera prima aparte de por la razón de peso mencionada en la primera parte del post.
Tras una serie de conciertos en locales de su ciudad, grabaron unas cuantas canciones en cd's caseros que a la postre significarían su primer trabajo, el Ep 'Thank you' de cuya distribución se encargaron ellos mismos hasta llamar la atención de Out Of Touch Records, un pequeño sello de su tierra que puliría en condiciones su muestra y le daría posteriormente una mayor promoción. Ese paso tendría su recompensa con la llamada de una discográfica extranjera, la alemana Tomlab, especialista en reclutar grupos foráneos como demuestra el hecho de que sea (o haya sido) hogar de gente como la japonesa Tujiko Noriko, el británico Patrick Wolf, los también canadienses Islands, Les Georges Leningrad y Final Fantasy o los estadounidenses Thee Oh Sees, Deerhoof, Xiu Xiu y Casiotone For The Painfully Alone, entre otros.
Con el respaldo de esta gente entraron al estudio a confeccionar en condiciones su primer larga duración y el resultado no pudo ser más óptimo. La obra se abre con la excepcional "Lydia", que ya destapa el tarro de las esencias enérgicas, pues aunque se inicia con un riff lento a lo Black Sabbath que parece querer rendir cuentas con una herencia no ímplicita, acaba derivando en algo así como una fusión entre Placebo y The Velvet Underground, con una melodía suave y dulce sobre una distorsión abrasiva y una voz femenina irrumpiendo como lo hacía Kim Deal en algunas canciones de Pixies, pura esencia noventera. Brillante comienzo y para que lo demás vaya sobre ruedas con "End of the world", que bebe de The Smiths, sobretodo en el registro vocal de su líder, y que encajaría a las mil maravillas entre los momentos más reposados del debut de ¡Forward Russia!, "Oh dead life", la canción que me hizo enamorarme perdidamente de ellos, una sabrosura en todos los sentidos donde relucen los juegos vocales y que podría escuchar durante horas sin dejar de sentir una emoción completa, "Career suicide", donde arriman el hocico al precipicio emocore con una base rítmica melancólica, "Know who you are", a medio camino de unos primerizos The Cure y unos consagrados Shout Out Louds, con teclados y coartada pop, "Vow", giro brusco para rozar el punk-rock más pulcro, con un ritmo y concienzudo que no aparca la armonía polifónica, "Night group", pieza que da título al disco y que ofrece una nueva mirada más rasgada y frágil, "Sleeping waiting", donde vuelve a planear la sombra de los de Robert Smith en fusión con unos James embrionarios, 'Great plains", punto de encuentro de todos los ingredientes que mezclan a lo largo y ancho del minutaje, y "Bright light", una despedida en lo alto con un empaque entre lo bailable y lo coreable, que hará las delicias de todo el que haya disfrutado con bandas como Idlewild o Feeder, en la época en la que partían la pana desde una discreción que como le pasa a Dog Day y unos pocos elegidos más, les hace todavía más grandes.
Seth Smith y su esposa Nancy Urich, forman este gozoso dúo que en un principio debía ser un proyecto en solitario de él bajo el nombre de Hi-Firey. En estos devaneos iniciales Crystal Thili y su marido KC Spidle redondeaban el grupo como cuarteto (cuando se divorciaron, Rob Shedden sustituyó a este último, aunque poco después dejó el plantel para dedicarse en cuerpo y alma a Long Long Long), papel que desarrollan en la actualidad Mark Grundy y Seamus Dalton, aunque solo como apoyo sobre los escenarios. Por el estudio de grabación también estuvieron para la concepción de este álbum como músicos invitados Michael Catano (colaborador habitual de Buck 65) y Dale Fahey.
https://fundog.bandcamp.com/album/night-group
Tal vez el mayor lujo a modo personal que extraigo de compartir con mi hermano de madre manchega la confección y emisión del podcast jalifaxqueño, es poder conocer por mediación suya bandas que hasta entonces no conocía ni de oídas. Estoy disfrutando todo nuevo hallazgo con la alegría de que por ahora, por muy asombroso que parezca, el condenado me ha sorprendido todas las veces en su elección pinchando un tema que luego ha sido de mi agrado. Que tío! de verdad, no ha habido ni un solo corte que no se me haya pegado al subconsciente como una lapa, y claro, luego me ha resultado inevitable hacer incursión al disco que contiene cada una de esas perlas preciosas, con la fortuna de que también me han parecido notables en su conjunto. En la cima de todos ellos, si tuviera que efectuar un orden de preferencia pondría este completísimo 'Night group' de Dog Day que casualidades de la vida son de Halifax (Nova Scotia), la ciudad canadiense a la que tenemos en un pedestal porque en su terreno está ubicado nuestro estudio de grabación del parque de caravanas de Sunnyvale, y pensaréis que ante semejante detonante (que rima tan lozana me ha salido, oigan) tenían que gustarme a la fuerza, pero el caso es que realmente ese no fue el motivo principal de que les cogiera un afecto inmediato puesto que de ese detalle tuve conciencia bastante más tarde, si no que la razón fue que su música es embriagadora y degustable como pocas.
Compuesto originalmente por dos matrimonios bien llevados tras la disolución de la banda de uno de los componentes masculinos del proyecto, lanzaron este magnifico debut en aquel 2007 plagado de grandes álbumes que escuchados a día de hoy dejaban un hueco de honor para que esta exquisitez tuviera su momento de gloria, pero no fue así en aquel tiempo y visto con perspectiva es algo que no debió suceder porque una colección de canciones tan grata no debería haber pasado desapercibida. Sin embargo llamó lo suficiente la atención como para que tuvieran una carrera larga que todavía no se apaga aunque vive en estos momentos un impasse inquietante que lleva cuatro años alargándose sin noticias esclarecedoras. 'Concentration', 'Deformer' y 'Fade out', fueron continuaciones muy dignas a este artefacto sonoro bajo el prisma de una línea progresiva, pero la magia de este tratado indie-rock sigue estando en la cúspide de su discurso. Los constantes cambios de formación generados por diversos problemas personales ajenos a sus dos fundadores no hicieron mella en su mensaje pero si modificaron algunos conceptos, por eso he elegido su ópera prima aparte de por la razón de peso mencionada en la primera parte del post.
Tras una serie de conciertos en locales de su ciudad, grabaron unas cuantas canciones en cd's caseros que a la postre significarían su primer trabajo, el Ep 'Thank you' de cuya distribución se encargaron ellos mismos hasta llamar la atención de Out Of Touch Records, un pequeño sello de su tierra que puliría en condiciones su muestra y le daría posteriormente una mayor promoción. Ese paso tendría su recompensa con la llamada de una discográfica extranjera, la alemana Tomlab, especialista en reclutar grupos foráneos como demuestra el hecho de que sea (o haya sido) hogar de gente como la japonesa Tujiko Noriko, el británico Patrick Wolf, los también canadienses Islands, Les Georges Leningrad y Final Fantasy o los estadounidenses Thee Oh Sees, Deerhoof, Xiu Xiu y Casiotone For The Painfully Alone, entre otros.
Con el respaldo de esta gente entraron al estudio a confeccionar en condiciones su primer larga duración y el resultado no pudo ser más óptimo. La obra se abre con la excepcional "Lydia", que ya destapa el tarro de las esencias enérgicas, pues aunque se inicia con un riff lento a lo Black Sabbath que parece querer rendir cuentas con una herencia no ímplicita, acaba derivando en algo así como una fusión entre Placebo y The Velvet Underground, con una melodía suave y dulce sobre una distorsión abrasiva y una voz femenina irrumpiendo como lo hacía Kim Deal en algunas canciones de Pixies, pura esencia noventera. Brillante comienzo y para que lo demás vaya sobre ruedas con "End of the world", que bebe de The Smiths, sobretodo en el registro vocal de su líder, y que encajaría a las mil maravillas entre los momentos más reposados del debut de ¡Forward Russia!, "Oh dead life", la canción que me hizo enamorarme perdidamente de ellos, una sabrosura en todos los sentidos donde relucen los juegos vocales y que podría escuchar durante horas sin dejar de sentir una emoción completa, "Career suicide", donde arriman el hocico al precipicio emocore con una base rítmica melancólica, "Know who you are", a medio camino de unos primerizos The Cure y unos consagrados Shout Out Louds, con teclados y coartada pop, "Vow", giro brusco para rozar el punk-rock más pulcro, con un ritmo y concienzudo que no aparca la armonía polifónica, "Night group", pieza que da título al disco y que ofrece una nueva mirada más rasgada y frágil, "Sleeping waiting", donde vuelve a planear la sombra de los de Robert Smith en fusión con unos James embrionarios, 'Great plains", punto de encuentro de todos los ingredientes que mezclan a lo largo y ancho del minutaje, y "Bright light", una despedida en lo alto con un empaque entre lo bailable y lo coreable, que hará las delicias de todo el que haya disfrutado con bandas como Idlewild o Feeder, en la época en la que partían la pana desde una discreción que como le pasa a Dog Day y unos pocos elegidos más, les hace todavía más grandes.
Seth Smith y su esposa Nancy Urich, forman este gozoso dúo que en un principio debía ser un proyecto en solitario de él bajo el nombre de Hi-Firey. En estos devaneos iniciales Crystal Thili y su marido KC Spidle redondeaban el grupo como cuarteto (cuando se divorciaron, Rob Shedden sustituyó a este último, aunque poco después dejó el plantel para dedicarse en cuerpo y alma a Long Long Long), papel que desarrollan en la actualidad Mark Grundy y Seamus Dalton, aunque solo como apoyo sobre los escenarios. Por el estudio de grabación también estuvieron para la concepción de este álbum como músicos invitados Michael Catano (colaborador habitual de Buck 65) y Dale Fahey.
https://fundog.bandcamp.com/album/night-group
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